Lebron James, como viene siendo habitual en los últimos años, organizó una fiesta de Halloween a la que invitó a sus compañeros de los Cavaliers. Una celebración en la que el centro de sus bromas fueron los Golden State Warriors y, sobre todo, Stephen Curry.

James quiso revivir su victoria en la final de la pasada campaña con una decoración que incluía una banda de rock 'n' roll formada por esqueletos. El grupo, y ahí está lo más curioso, se llamaba '3-1 Lead', en clara referencia al resultado favorable a los Warriors una vez disputado el cuarto partido de la final (3-1) que Cleveland acabó remontandoCleveland.

Por otra parte, en la fiesta también se sirvieron galletas en forma de lápida con los nombres de Stephen Curry y Klay Thompson. Algo que se puede apreciar en la imagen de la noticia.