El Real Madrid despertó en Euroliga con una cómoda victoria (89-57) ante Unicaja tras tres derrotas seguidas, en una octava jornada celebrada este jueves en el WiZink Center que devuelve el pulso a la competición al aspirante blanco y mantiene en el tren de cola a los de Málaga.

Los de Pablo Laso pusieron el 5-3 en la tabla para reconducir una Fase Regular empañada en las últimas semanas. La derrota en el Clásico liguero y la reciente ante Baskonia abrieron una herida taponada ante un Unicaja que no encuentra regularidad (3-5). Luka Doncic fue el mejor (13 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) y Unicaja no tuvo a quién agarrarse, con la baja de Nedovic.

A Unicaja le tocó el día fallón y se convirtió en espectador en un tramo final con diferencias de 30 puntos en el marcador. Los de Plaza, que venían de buenas actuaciones ante Zalgiris --pese a la dura derrota sobre la bocina--, Estrella Roja y Efes, sufrieron la pobre productividad ofensiva que le complica la papeleta en Europa. Por si fuera poco, el Madrid no estaba para regalos.

Para salir del bache, los de Laso tiraron de Doncic y de los puntos de Rudy Fernández en la primera parte. El cuadro local movió bien en ataque, con el esloveno y Campazzo, y tuvo presencia interior pese a la plaga de bajas. Tavares cumplió, pero las faltas le obligaron, al igual que a Reyes, a ver como Thompkins disfrutaba como hacía tiempo.

Pase por detrás de Doncic para que anote Tavares. Vídeo: Twitter/Euroleague

La sangría en favor de los blancos no hizo más que crecer hasta un claro 40-27 al descanso. Unicaja, con largos periodos sin anotar, amagaba con Alberto Díaz o McCallum para después engordar un pésimo porcentaje de acierto (36 y 25% en tiros de dos y triples), fallando tiros sin oposición. Nadie de verde salió al rescate.

A un Madrid con la losa encima antes del partido, el colchón le vino de perlas para soltarse en el segundo tiempo. Doncic sacó el repertorio e hizo lucir a un equipo necesitado de alegrías. Tavares se comió a Shermadini y Carroll hizo 12 puntos en un broche de alegría para la afición blanca, que se queda ahora dos semanas sin basket, en parte, por la famosa 'ventana' FIBA.

Victoria del Baskonia en Kaunas

Por su parte, el Baskonia se ha impuesto al Zalgiris Kaunas (77-97) en la octava jornada de la Euroliga y sumó su segunda victoria consecutiva en la competición que reafirma su buen momento tras un partido que dejó casi sentenciado en el segundo cuarto con ocho triples, pero que vio peligrar en el último cuarto.

Ya no hay ninguna duda de la buen racha que están atrevesando los vitorianos con la llegada de Pedro Martínez al banquillo. Las cinco victorias en los últimos seis partidos así lo demuestran. La última, este jueves ante el Zalgiris, al que acribillaron desde el perímetro (17/29) en un partido que al descanso lideraban +22. La relajación en el tercer cuarto puso en peligro la victoria que remató, de nuevo, gracias a los triples de Rodrigue Beaubois y Jayson Granger.

Los baskonistas arrancaron mejor con Granger y el de casi siempre esta temporada, Shengelia, muy acertados (4-12, min.4). Pero poco a poco los visitantes fueron bajando el ritmo en ataque y la intensidad en defensa, y los Sarunas Jasikevicius mejoraron y firmaron un parcial de 8-0, liderado por Vasilije Micic, al inicio del segundo cuarto y nivelaron el marcador. Aunque la reacción y la alegría les duró poco.

Voigtmann culmina con mate una jugada del Baskonia. Vídeo: Twitter/Euroleague

Los de Pedro Martínez hicieron un segundo cuarto asombroso desde el perímetro ante un Zalgiris que desconectó. Hasta ocho triples (Rodrigue Beaubois, con tres, y Granger, con dos, los mejores) anotaron para firmar un parcial de 1-20 y romper el partido al descanso (32-54). Un segundo cuarto del Baskonia que recordó a la primera parte del pasado martes ante el Real Madrid, donde anotó 64 puntos.

Tras el paso por vestuarios, los vitorianos retomaron el partido donde lo dejaron y con dos triples más alcanzaron la máxima (38-64, min.23). En ese momento los de Pedro Martínez cortocicuitaron y desaparecieron con varias pérdidas consecutivas y ataques con mucha precipitación y sin precisión, que aprovecharon los lituanos para firmar un parcial de 13-0 y ponerse a siete al inicio del último cuarto gracias a la aportación de Jankunas y Micic.

Y cuando más peligraba la victoria, el acierto desde el perímetro, de nuevo, con un excelso Beaubois (6/9) y Granger (4-5) y la mejoría en defensa acabaron certificando la tercera victoria vitoriana en la Euroliga (segunda consecutiva). La nota negativa del choque la puso Jordan McRae que se marchó en el tercer cuarto al banquillo por problemas en el hombro izquierdo, misma zona donde sufrió su última lesión.