Patrick Baumann, secretario general de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), alertó del riesgo que corre la selección española de baloncesto de no estar en el próximo Mundial 2019 y los Juegos Olímpicos 2020 y matizó que el riesgo es "muy grande" si los equipos no ceden a los jugadores para las próximas 'ventanas' de partidos clasificatorios de selecciones.

En una entrevista con la Agencia EFE en la Casa del Baloncesto, la sede de FIBA en la localidad suiza de Mies, cerca de Ginebra, el secretario general de FIBA calificó el nuevo sistema de ventanas -encuentros de clasificación diseminados durante la temporada al estilo de otros deportes como el fútbol- como "un nuevo orden" para que el baloncesto crezca en otros países, más allá de los tradicionales dominadores de este deporte.

También afirmó que no entiende la actitud de Euroliga, la máxima competición europea de clubes gestionada por un consorcio privado, con quien no han conseguido llegar a un acuerdo para evitar la colisión de partidos de selecciones y jornadas de Euroliga.

Durante la conversación, Baumann afirmó que le "entristece" que los jugadores de equipos de esta competición estén "en una posición imposible, desagradable e inmoral" de elegir entre su club y su país.

- Pregunta: ¿Cuál es el objetivo de FIBA con el nuevo sistema de ventanas clasificatorias para el Mundial de China 2019?

- Respuesta: El tema no es una cuestión de ventanas o no ventanas, más allá hay una oportunidad para el mundo del baloncesto de seguir creciendo.

Después de los Juegos de Barcelona 1992 hemos tenido un movimiento muy fuerte de globalización, el baloncesto ha crecido mucho hasta mitad de los 2000, y vimos que los equipos NBA empezaban a estar más cerca. Vimos al equipo español campeón del mundo (2006), a Argentina campeona olímpica (2004). Hubo un momento de cambio.

Esto se ha basado mucho en el crecimiento de la NBA, sus jugadores, sus equipos y al final hemos vito que siempre están los mismos equipos nacionales en lo más alto. Eso nos parece bien por los que están, pero no tan bien por los que no tienen la oportunidad de llegar, y había que darle un poco de 'electroshock' al mundo del baloncesto.

Por eso hemos trabajado en muchos temas, uno modificar totalmente el calendario de competiciones para los equipos nacionales, para intentar crear más afición al mismo tiempo en muchos países. Con el nuevo calendario que tenemos y que comienza en un mes habrá 80 países que juegan al mismo tiempo para clasificarse para la Copa del Mundo 2019.

- P: ¿Es un cambio para el público, que hasta ahora solo veía a su selección en su país en amistosos, y para las federaciones, que tendrán que organizar partidos oficiales?.

- R: Es un cambio bastante importante, muy importante para los que nunca han tenido que trabajar de esta forma y para los que siempre han sido primeros, porque han podido en el momento preciso durante dos semanas juntar doce estrellas e ir a por las medallas. Esto es un trabajo mucho más de base. Muchas selecciones tomaban un avión, se iban a un sitio y cada verano jugaban en un país, y ahora tendrán que recibir en casa, crear una afición de su país para que siga a su equipo nacional.

Cuando vas a un campeonato europeo y juega el equipo que no es el de casa, no se llena la cancha. Eso es un problema que nos persigue desde años, a menos que seas un finlandés y te guste mucho viajar como fueron a Bilbao y lo llenaron (en el Mundial de España 2014).

Ese trabajo de unir la afición con su equipo nacional no lo puedes conseguir si juegas en medio del verano, cada dos veranos o al otro lado del mundo o del continente.

- P: ¿Cómo se explica este sistema a los aficionados europeos que están viendo el conflicto entre FIBA y Euroliga?

- R: Lo que va a pasar ha pasado ya durante años, hasta 2003, y está pasando regularmente cada temporada que hay clasificaciones para el Mundial o la Eurocopa de fútbol. Es algo muy natural, no es algo que nos hemos inventado y que sea una locura.

- P: ¿Podríamos definirlo como una gran revolución?

- R: Creo que es un nuevo orden. Lo hemos vivido en los años 90 y a principios de los 2000 pero la situación del baloncesto era distinta. Hoy hay más materia para crecer en otros sitios del mundo y ese cambio permite una revolución en la clasificación de países y en el sistema de cómo se ve este deporte. No se trata de ser global solamente a través de equipos de NBA o clubes, también con el equipo nacional.

- P: ¿Hay alguna posibilidad de llegar a un acuerdo con la Euroliga?

- R: Nosotros siempre somos optimistas y estamos abiertos, la Casa del Baloncesto está abierta para cualquiera. Nosotros hemos hecho un esfuerzo, en cinco años en cambiar el sistema, tomar riesgos de supervivencia económica, parar contratos, empezar con un concepto nuevo e ir a venderlo, y ahora estamos aquí, con 79 países de los 80 que quieren trabajar y tienen ganas. No todos están convencidos, pero la mayoría está entusiasmada por la oportunidad de poder tener algo en la mano y trabajar.

Aquí hay un país y unos cuantos clubes que por el momento tienen otra opinión y no les interesa participar en el crecimiento general del baloncesto, sino en su propio crecimiento.

Nosotros hemos hecho una propuesta que no es ideal, pero no pone a los jugadores en una situación imposible, desagradable e inmoral y permite a unos hacer lo que quieran y a los otros también. De aquí a cuatro años veremos si hemos sido torpes o si el baloncesto crece donde creemos que tiene que crecer.

- P: ¿Qué le parece la actitud de la Euroliga?

- R: No la entiendo. La Euroliga obviamente ha secuestrado a los equipos nacionales y al baloncesto europeo. Y no es que lo hayan hecho todos, sino un grupo de señores muy importantes, pero no representan el mundo y la familia del baloncesto. Y ahora, atacar a los equipos nacionales es muy gordo, es muy delicado, impacta a todos, también a ellos. Es un impacto para la familia del baloncesto europeo enorme.

Al mismo tiempo, el primer país que está afectado directamente es España, después de haber tenido tantos éxitos, la consecuencia es que al final, el riesgo de que España no esté en la Copa del Mundo de China 2019 ni en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 es muy grande. Hoy por hoy es muy grande.

- P: España no podrá contar en la próxima ventana (del 20 al 28 de noviembre, contra Montenegro en Podgorica el 24 de noviembre y frente a Eslovenia en Burgos el 26) con diez jugadores de la NBA y si los clubes de la Euroliga no ceden a sus jugadores podría perder a otra quincena de jugadores.

- R: España tiene muchos equipos que están ahí (en la Euroliga), que salen diciendo que no van a dar a los jugadores. Eso es un poco particular, yo no lo entiendo, pero es un tema que tienen que resolver en España los españoles y la familia del baloncesto español, y sin tener presiones de organizadores terceras que no tienen nada que ver con el baloncesto español, ni la ACB (Asociación de Clubes de Baloncesto españoles) ni la FEB (Federación Española de Baloncesto).

Tienen que decidir si quieren 'matar' al equipo nacional o no, y España no solo es o ha sido un ejemplo. Hoy España es un problema para Brasil, México, Argentina o Uruguay, que tienen jugadores en equipos españoles. Los ministros de Deportes de estos países han escrito al ministro español. Hemos llegado a niveles muy malos para el baloncesto.

- P: ¿FIBA planea sancionar a estos clubes si no ceden a sus jugadores?

- R: Nosotros tenemos reglamentos, pero también los tiene cada país, sus reglamentos y sus leyes. Lo que hemos visto es que hace un año la Euroliga dijo que no iba hacer nada contra los equipos nacionales, y a julio de este año ponen el calendario en medio. Nosotros no hemos cambiado el discurso durante los últimos cinco años, estamos disponibles a hacer ajustes, pero queremos un cambio de paradigma y hemos hecho nuestro trabajo.

Ahora, en España hay leyes, la Liga ACB tiene un rol muy particular, pero también hay un convenio entre Federación y ACB que dice cosas muy claras. Lo mismo para todos los deportes, la selección tiene prioridad, lo que parece que en España es claro.

Nosotros esperamos que el Consejo Superior de Deportes y el ministro apoyen a la Federación Española para que pueda tener los jugadores que se merece y con el palmarés que tiene, que siga mereciendo, porque el riesgo de no estar en Tokio 2020 es grande, muy grande.

- P: ¿Se imagina un Mundial de baloncesto sin España?

- R: Yo espero que no, mis hijos estarían llenos de tristeza. Soy secretario general de la FIBA y tenemos 215 países, nos gustaría tener a los mejores pero hay periodos para todos. Un día el mejor es España durante diez años, otro Francia durante otros diez, y otro día será Finlandia, como FIBA es lo que buscamos.

Al mismo tiempo tenemos cariño hacia España, pero España tiene que despertarse y respetar su legado, el que han dejado los presidentes anteriores, y para que Jorge Garbajosa (presidente de la FEB) pueda tener un equipo que gane todo lo que tiene que ganar.