Encontrar un club de baloncesto con 22 equipos y más de 300 jugadores y jugadoras es complicado, un club que además cuente con equipos en todas las categorías posibles desde prebenjamines a sénior tanto en chicos como en chicas es casi un desafío. Este es el caso del Picanya Bàsquet, un club que tiene un mérito añadido ya que desarrolla su actividad en una de las poblaciones más pequeñas de la comarca de l´Horta Sud. A esto se une el hecho que el club mantiene una estructura completamente amateur y de voluntariado.

Fundado en 1989 a partir del entusiasmo de un grupo de amigos que no se dejaron amilanar ni por el hecho de que en el pueblo no había una sola pista de baloncesto en condiciones (nunca se había jugado a este deporte en Picanya), el club picanyero no ha dejado de crecer en sus casi treinta años de historia. Desde la inauguración del pabellón deportivo municipal, en el año 2001, la progresión ha sido espectacular hasta convertir al baloncesto en el deporte de referencia, desde hace años, en Picanya. Son, con mucho, el club con más deportistas en el municipio, sumando, por ejemplo, más licencias que los 4 clubes de fútbol del pueblo juntos. El impacto social del club es tal que se puede afirmar que, prácticamente, una de cada diez personas que viven en Picanya ha sido o es deportista del club.

El secreto para esta amplia base social reside en la filosofía del club y que se resume en una sola frase que preside su vitrina de trofeos a la entrada del pabellón picanyero: «Tu equipo no es aquel con el que ganas, tu equipo es aquel con el que te ríes». Toda una declaración de intenciones que aplican en todo lo que hacen. No es nada fácil, no todo el mundo entiende su apuesta por no dividir a los jugadores por niveles sino por año de nacimiento, su decisión de entrenar menos horas para que niños y niñas puedan dedicarse a sus estudios y formación o simplemente tengan tiempo libre en vacaciones, su compromiso con unas tarifas asequibles sin cargar sobre los más pequeños el gasto de los equipos de mayor categoría.

En la elite valenciana

Los éxitos deportivos, los títulos, los trofeos, la competición€ no son un objetivo prioritario para el Picanya Bàsquet. «A veces un título depende más del sorteo a principio de temporada que de tu trabajo», aseguran. Pero el caso es que el primer equipo del club ha conseguido tres ascensos casi consecutivos y en sólo cinco años ha pasado de jugar en la modesta 1ª Zonal, a jugar, esta temporada, en 1ª División Nacional, la máxima categoría del baloncesto a nivel de la Comunitat Valenciana. Una categoría donde ya es muy normal encontrar jugadores profesionales o semiprofesionales, jugadores norteamericanos, servios, rusos€ y donde los picanyeros compiten con un equipo de jugadores de la cantera, formados en el propio club, un grupo, literalmente, de amigos del pueblo.

Sin olvidar que su segundo equipo Sénior Masculino juega en categoría Preferente y que esta misma temporada su equipo Júnior Femenino se ha clasificado para disputar la primera fase final de Copa Preferente de la Comunitat Valenciana. Un selecto club donde sólo estaban los ocho mejores equipos de esta categoría. Un éxito que nos habla también del progreso del baloncesto femenino en Picanya.

Una gran masa social

La fuerte apuesta social del Picanya Bàsquet les permite alcanzar hitos en manos de muy pocos. Son capaces de llenar el pabellón picanyero con más de 800 personas (el 7% de los habitantes del pueblo) como ocurrió el pasado día 1 de diciembre en la presentación del club y su pista es una de las que mejores entradas registra en 1ª División Nacional con una grada que sorprende a los equipos visitantes y que es una de las armas fundamentales del equipo.

Mirando al futuro

El club Picanya Bàsquet, a un paso de su 30 aniversario, vive un muy buen momento tanto a nivel social (aquí habría que señalar también sus casi 3.000 seguidores en redes sociales) como deportivo, probablemente el mejor de su historia. No por ello echan las campanas al vuelo. «Mantener un club que juega más de 400 partidos al año y que entrena más de 5.000 horas es algo muy complejo y hacerlo desde el voluntarismo como lo hacemos nosotros aún más. Por suerte contamos con un grupo humano excepcional, desde entrenadoras y entrenadores, madres, padres€ las empresas y comercios que nos echan una mano, sin olvidar el fundamental apoyo del Ayuntamiento que siempre ha estado a nuestro lado», declaran sabiendo que cada año es más complicado que el anterior y el reto es cada vez mayor.

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Los esquipos continúan así celebrando la presentación de la temporada, como ya lo hicieran, entre otros, CB Castalla, Puerto Sagunto, el CD La Pobla,La Llum-Xirivella, Escolapios o Maristas.