La fuerza de los recién nacidos por sobrevivir ha quedado demostrada una vez más. Un bebé que fue apuñalado y enterrado vivo en Tailandia es la viva imagen de esta lucha por la supervivencia.

El niño, que había sido enterrado en los terrenos de una finca, fue descubierto con pocas horas de vida y aún con el cordón umbilical. Kachit Krongyut, propietaria de la finca, oyó unos ruidos que provenían de bajo tierra. Al empezar a escarbar descubrió un diminuto pie. Posteriormente, fue su marido el que se encargó de desenterrar al bebé. La pareja ofreció unas primeras atenciones al niño, que después fue trasladado al hospital.

Al llegar al centro hospitalario los sanitarios constataron que el recién nacido había sido apuñado. En total, se contabilizaron en su pequeño cuerpo un total de diez puñaladas. A pesar de las heridas, el menor se ha recuperado milagrosamente y hoy es un niño feliz y lleno de vida.