La joven Yasmín Domínguez disfrutaba del día de su boda junto a sus familiares y amigos en el municipio mexicano de Paraíso. Durante la celebración, la contrayente, enfermera de profesión, recibió la llamada de un paciente.

Yasmín no lo dudó dos veces y acudió a la llamada del enfermo. Antes de ausentarse explicó a sus invitados el motivo de su ausencia y se disculpó ante ellos.

Enfundada en su traje de novia atendió al hombre en su propio domicilio y cuando cumplió con su deber como personal sanitario, regresó a la celebración de su boda.