Ser entrenador requiere mucha presión. Ser entrenador del Valencia requiere más presión todavía. Emery la ha sentido y con ella debe aprender a vivir. Así es la grada de Mestalla. Hablamos de una realidad de la que es imposible escapar sin salir trasquilado. Más allá de la grada y lo que piensa, todo aquel que alguna vez sea entrenador del Valencia tiene que ser agradecido, y también Emery, que no todo son malas noticias desde que su equipo no gana partidos. Debería quejarse menos porque el club ha salido en su rescate sin dudarlo con la esperanza de que remonte el vuelo y bajo la consigna de arropar al entrenador, a la plantilla y transmitir desde dentro del propio Valencia hacia afuera un mensaje de calma, tranquilidad y seriedad. Quien primero dio la cara por Emery fue Fernando —cierto que esa comparecencia pública puede interpretarse en la forma y en el fondo como prematura por aquella ley no escrita que dice que en el mundo fútbol cuando se ratifica a un entrenador es para tirarlo varios partidos después— y esta semana han dado la cara por él en rueda de prensa los dos capitanes del equipo —el oficial y el extraoficial—. Por último, en la reunión del Consejo del otro día cuando se tocó lo deportivo fue de manera casi extraoficial y para decir «calma a la tropa, que hay que estar con el equipo».

Juan Perro

Así que la tropa puede hacer hoy lo que le dé la gana; cargar contra el entrenador otra vez y reventar el partido antes de que empiece o ir a Mestalla con el ánimo positivo y estar del lado del pescado, como diría Juan Perro. Y como «nunca habría pensado yo que el pescado pueda estar del otro lado», pues dejemos de pensar si es carne o si es pescado, que salga lo que salga, seguro que no saldrá rana por mucho que haya llovido estos días. Así que si esta noche tienes la intención de ir a Mestalla no te quedes colgado, con cara de pescado, mirando el agua al pasar... y ponte del lado del pescado.

Esos sueldos

Algunos de los nuevos consejeros del Valencia fliparon el otro día con lo que cuesta la plantilla del Valencia y, sobre todo, con lo que cobran algunos jugadores en relación con el rendimiento que dan. Es la herencia de la etapa de Juan Soler, que no de Vicente Soriano, las cosas como son. Lo peor de todo es que sea Juan Mata quien esté pagando el pato... No digo nombres, pero salieron.