Todo el mundo quiere oler sus medias, todo el mundo le grita lo que quiere. Puede ser un desespero, por amor o por dinero, nunca serás el primero... ¡Todo el mundo ama a Isabel!». Es la letra de una las primeras canciones de Loquillo que me llamó la atención. Poco después, el Loco y sus Trogloditas me atraparon para siempre.

Con esta letra quiero decirles que ingenuo de mi, pensaba que por fin en el Valencia todos volveríamos remar juntos, pero alguien desata una guerra en la que no quiero entrar aunque sí quiero decir algo. Lo primero que no lo esperaba y que por tanto hasta me siento decepcionado. No es la manera de proceder. Lo segundo, es dejar libertad al personal —y algunos compañeros que compran barato— para que crea lo que le dé la gana, pero hay situaciones que se caen por su propio peso. El caso es que como la canción anterior, ahora y de repente, todo el mundo ama al Tino Costa. Como a muchos famosos, ahora al Tino le salen hijos allá por donde va. Es raro, porque hace unas semanas nadie se acordaba de él. Nadie dijo hace unas semanas ´Yo descubrí o fiché al Tino Costa´. Nadie lo dijo en el descanso ante el Racing de Santander. Ahora sí, ¿por qué? Miren amigos, esto como el amor a la parienta, hay cosas que no vale con decirlas, hay que hacerlas. A mi mujer, por mucho que le diga cuánto la quiero, si no se lo demuestro día a día no me cree y me tiene a pan y agua.

Pues eso, una cosa es decir ´Yo fiché a Tino Costa´ y otra muy diferente ir a verlo jugar en directo todas las veces que sea necesario, hablar con él para que se moje y fiche por el Valencia y encerrarse en una finca de Sagunto con todo el consejo de administración del Valencia para convencerlo de que con el club en quiebra económica, hay que gastarse seis millones de euros en un jugador desconocido que solo ha jugado un año en la primera división francesa. Hace solo unos días Alberto Facundo estaba solo... hoy, después de marcar un gol desde fuera del área y dar un recital... todo el mundo ama al Tino Costa, todo el mundo quiere oler sus medias... Juzguen ustedes mismos.