Con esto del efecto Mourinho están todos como locas —sí, como locas—. Ya no sirven ni para hacer la pelota. Hace unos años, los miembros del Clan del Oso Cavernario de Mou se habrían tirado al menos un par de días hablando del Valencia y del Villarreal. Son muchos, demasiados años aguantando estupideces. Tantos, que hasta me las sé de memoria. En lo que al Valencia se refiere, en Madrid —la M30 y sus alrededores— no hay término medio, barajan diferentes opciones pero ninguna de ellas tiene que ver con algo que se pueda calificar de razonable. Para ellos o directamente no existes —como unos que antes de que el Valencia jugara contra el Athletic hablaban del sueño del Villarreal de ser líder—, o se dedican a sacar toda la porquería que pase por delante de las oficinas del Valencia, o de repente y por arte de magia del rodillo de Florentino y sin que te des cuenta, te has convertido en el mejor equipo del mundo —que cuando se ponen pelotas por interés no les gana nadie—.

Lo digo como lo pienso, lo normal en ellos es que un día se den cuenta de que el Valencia es líder y de que lleva 16 puntos de 18 posibles y al poco aparecen por aquí al más puro estilo paracaidista diciendo memeces como que «el Valencia es un equipo tácticamente muy trabajado...». Y claro, uno escucha eso y dice: ¡Otro que ha inventado la penicilina! No soy entrenador y puede que tenga cierta fama de gilipollas debido a mi neurona preguntona, pero me da la impresión que ningún equipo puede ser líder solvente de una Liga como la española si no está bien trabajado tácticamente, ¡es de cajón! ¿Y saben por qué? Es fácil, se ven obligados a hablar y escribir bien del Valencia pero ni les sale de dentro ni saben cómo. Y claro, se les ve el plumero.