Se me adelantó el colega Motes el pasado domingo, pero he de admitir que ya hace unos días, cuando los compañeros Pau Fuster y Paco Calabuig lograron juntar en una foto a Jordi Alba, David Silva, Juan Mata y David Villa, me contuve de escribir como escribe sus canciones el Yosi y hacer un canto a la nostaliga pensando en lo que la vida pudo haber sido y no fue. Después de lo que vi anoche no me voy a contener, aunque tampoco desparramaré demasiado porque hace un tiempo hice propósito de enmienda —o borrón y cuenta nueva— y me propuse no volver a una barricada que tuviera lo más mínimo que ver con más luchas internas y guerras civiles, porque enemigos hay pocos y de momento no van de blanquinegro —bueno alguno disfrazado sí que hay, pero ese es otro tema—. Y pienso mantenerlo un tiempo más, por eso no tengo la intención de hacer una lista de los culpables de que esa foto con esos cuatro ´xiconiuos´ se parezca más a una canción de Los Suaves que a una realidad, aunque a veces me lo pide mucho el cuerpo. De momento me conformaré con contar que a pesar de que la salida del canario fue la menos ruidosa —comparada con la de Villa o Mata—, pasado el tiempo es a él a quien más echo de menos. Y todo porque de pensar que solo tiene 25 años, me retuerzo en mis entrañas y me martilleo la cabeza pensando si con él y los otros, más lo mejor de lo que ahora tenemos, lo de pelear por la Liga con los guapos y los galácticos sería algo más que una frase hueca —por no decir una frase hecha—. Pese a todo, no es poco premio disfrutar del debut del descarado Jordi Alba, porque reconforta saber que nosotros sí supimos ver lo que otros ni olieron a pesar de su empalagosa perfección. «Sin fe que triste un final sin fe, cansado ya de perder pensando en lo que la vida pudo haber sido y no fue. La noche ya se gastó, el sueño empieza a caer, los recuerdos son cenizas y parece que aún fue ayer. Pena le doy a la pena, pues pena coleccioné».

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