Después de demasiados días desconvocado de los teclados por una ´pata chula´ que ni me deja en paz ni me permite tener tiempo para ´arrejuntar cuatro letras´, aquí estoy, convaleciente aún pero muerto de ganas de colgar un montón de palabras en un papel aunque solo sea por incordiar como un loco. Muerto de ganas por incordiar estoy porque veo que somos invisibles aunque estemos acechando el segundo puesto —y el primero si no fuera por el paradón de Higuaín en Mestalla— y porque supone la constatación, una vez más, de que solo se fijan en el Valencia para decir que somos unos llorones, o para darnos clases de ética arbitral cuando les tocamos, —deportivamente hablando, las narices—. Entiendo que Emery y sus futbolistas estarán encantados de ser invisibles a la meseta porque sin ir más lejos, era la teoría del Valencia de Rafa Benítez cuando ganaba Ligas —aquello de mejor que no se hable de nosotros y que cuando se den cuentan ya no puedan reaccionar— pero ya me harté de meter presión al Valencia e insinuar que se puede luchar por algo más.Al final, no pido mucho, me conformocon estar un tiempo más viéndoles la nuca y marcándoles muy de cerca.

Otra vez el modelo

En lo que respecta al nuevo organigrama técnico del Valencia y la profesionalización del aparato deportivo del Mestalla, nada que objetar. Si acaso, que a ver si de una vez por todas el Valencia logra tener un modelo homogéneo para que no vaya cada uno por su lado y desde ese punto de partida lograr que la cantera alimente al primer equipo con coherencia, porque ahí están los ejemplos de Jordi Alba, Guaita y Pablo —por no hablar de Isco—, para demostrar que en el Valencia sí se fabrican jugadores que son útiles para un equipo que lucha por objetivos importantes. Otros, coleccionan debutantes en primera división a modo de estadística que engorda los egos de sus palmeros, pero salvo algún extranjero contratado a golpe de talonario y el milagro local, el equipo navega a la deriva ante la desesperación de un entrenador al que machacan pero al que poco más se le debe pedir. La prueba evidente de que el modelo no es la solución, pero sí el principio de ella. En otras palabras, que el modelo está muy bien siempre que tomemos decisiones acertadas, pero siendo una verdad como un templo que el filial tiene equipo para estar más arriba —quien niegue eso niega la mayor— tengamos en cuenta, por ejemplo, que Isco es titular en un equipo que lucha por jugar la Liga de Campeones. En lo que a mi respecta, lo he dicho muchas veces, lo primero es el modelo, pero visto lo visto, si no lo veo, no lo creo. ´No te digo ná y te lo digo tó´.

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