Como si se empeñase en dejarnos a todos con el culo al aire, sólo unos días después del que algunos hemos calificado el mejor partido del Valencia en esta temporada y posiblemente en la era Emery y, sobre todo, sólo unos días después de un partido de esos que cuando acaba uno se acerca al Twitter como loco para presumir ante el mundo de equipo, va ese mismo equipo, con esos mismos jugadores y ese mismo entrenador, y pierde en casa contra el colista… Ojito que si hay algún análisis, ha de ser muy profundo y no soy yo quien está para tantas profundidades. Casi todo lo contrario, porque el cuerpo me pide situaciones más inmediatas y evidentes.

Pese a tanta evidencia e inmediatez, esta vez se me hace muy difícil señalar a Emery y su famoso fin de ciclo por la derrota, si acaso echar mano de lo que hace unos días escribía el director de este periódico; el Valencia es una montaña rusa. Partiendo de la montaña rusa, hay un par de evidencias inmediatas. Una que la primera parte es de goleada para el Valencia, que el árbitro mete al Zaragoza en el partido con un penalti que se inventa al más puro estilo del Real Madrid y otra que eso de jugar con tres delanteros dejando la banda izquierda para el lateral de turno funciona al principio pero en los momentos duros se convierte en una especie de embudo en el que todos se molestan.

¿Accidente?

al final es lo de siempre

Me dan ganas de escribir que el partido fue un accidente porque si alguien mereció ganar fue el Valencia, pero cuando no es una cuestión de miedo o ansiedad a la propia grada —otra vez con calvas— es un no saber lo que requiere el partido. Poco o nada que achacar en la actitud, si acaso, en la forma de utilizar las ganas de ganar. Ya da igual si la culpa es del entrenador, de los jugadores o del árbitro, me importan más los de verdad, los que comparten mis días, o lo que es lo mismo, me importa más la gente que sufre a un equipo del que no te puedes fiar más de una semana. Al final, vuelvo a mi amigo de fuera, ese que cada semana me machaca diciéndome que no valoro lo que tengo. Ayer me envió otro mensaje: «Tenéis delito…». Al final es lo de siempre, somos lo que somos y seremos lo que seremos, pero nunca nadie podrá pararnos. Lo de anoche fue un accidente en la montaña rusa, que si lo piensas bien, tiene mucho peligro. Pues eso, lo que es el Valencia…

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