Se ha puesto de moda en Valencia criticar a los jugadores porque van diciendo en privado —y en público— que el equipo tiene que cerrar los partidos cuando se pone por delante en el marcador. La gran crítica a esto es que hace seis meses, por ejemplo, los jugadores no lo decían y que por lo tanto antes estaban de acuerdo en que el Valencia fuera a por el 2-0 en vez de ir a conservar el 1-0. Es decir y resumiendo, cuando se ganaba los jugadores no criticaban los planteamientos del entrenador y cuando pierden y la gente empieza a disparar a todos lados y no sólo al banquillo, los futbolistas reparten la mierda... No digo que no tenga un punto de coherencia y de lógica aplastante este proceder

argumentativo, pero no va por ahí.

No soy nadie para dar consejos y no me gusta hacerlo, pero digo con toda humildad que si quieren aquí tienen un trozo de papel para hablar de Rock porque de fútbol saben tanto como yo, es decir, más bien poco. Que nadie se vuelva loco buscando incongruencias entre lo que se decía antes y lo que se dice ahora, porque son ganas de marear la perdiz. Todo es más sencillo. De hecho, el fútbol es como la vida misma, y las soluciones se toman dependiendo del momento, es decir, para salir de la situación actual lo que tiene que hacer el Valencia es ganar un partido, y si encima es dejando la portería a cero, pues mucho mejor, por lo tanto, cuando te pones 1-0, a amarrar el resultado y a buscar la contra. Si te remontan el partido, que sea porque te dan un baño y no porque des facilidades defensivas al rival. Y desde esa victoria, volver a crecer en confianza y sobre todo, desde la defensa de un resultado, volver a creer en el trabajo colectivo de todos los futbolistas para poco a poco ser un EQUIPO DE FÚTBOL. ¿Está claro? Si los jugadores no lo decían hace unos meses, es sencillamente porque la situación era otra. Siendo sensatos y en lo meramente futbolístico, para esta enfermedad no hay mejor medicina que la portería a cero. Otra cosa será lo que piense Emery, que tiene toda la pinta de no pensar lo mismo pero con un matiz sustancial; cuando Emery habla de superar esta situación haciendo más ocasiones que el rival y nunca hace hincapié en que su equipo deje de encajar goles con tanta facilidad, lo hace desde el despecho, desde el orgullo herido, desde la dignidad del entrenador que se sabe ninguneado. No lo dice desde el más puro análisis futbolístico. O eso, o esto es más grave de lo que parece...