El señor entrenador del Valencia tiene un problema pero que se busque la vida. Le van a faltar partidos para poner a todos los jugadores que tenemos y sobre todo, a los que vamos a tener. Uno ve el equipo que jugó ayer y piensa que faltan por venir Zuculini, Enzo Pérez, Joao Cancelo y un delantero ´PEPINO´ y no puede más que contar los días para que llegue el partido ante el Sevilla, ese que vamos a ganar 0-3 -sí, ¡qué pasa! los que tememos familia en Singapur nos gusta empezar las cosas a lo grande-.

Pero mejor que lo que está por venir, es lo que se va. Felicitemos pues a Rufete porque en unos meses y no siempre con dinero, hemos pasado de tener un vestuario complicado, acomodado y hasta sin hambre, a que tengamos un puñado de jugadores para los que jugar en el Valencia es la oportunidad de su vida. Se nota en el campo. En lo que respecta a Banega y su salida tengo algo que decir; la gente ya se ha acostumbrado a que los futbolistas estén de paso, hoy en el Valencia y mañana quién sabe donde. Para lo que no estamos acostumbrados es para el futbolista desagradecido. Y Banega es el caso. A su pareja, Valeria, -y a él mismo porque ayer Valeria hablaba por poca de Ever cuando dijo aquello de "se les va a caer la iglesia encima, que Dios les perdone las mierdas que hacen a los que no se lo merecen" porque el Valencia le obligó a ir a la ofrenda a la virgen en Basílica- me gustaría decirle que podría ser más agradecida con el club que le ha estado pagando. Le diría que fuera más agradecida con la afición que tantas faltas de profesionalidad han soportado por parte de Banega, y que si de verdad es tan valiente, haber criticado al Sevilla públicamente porque no pagaba lo que el Valencia pedía por su ´pichoncito´. Pero Valeria con el Sevilla no se atreve porque ahora tiene que vivir del cuento allí. Aquí ya se le ha acabado el chollo.