Me gusta Extremoduro, me encanta. Y Bajoqueta Rock. Tuve que ir a tocar la guitarra a misa en la iglesia de mi pueblo para que mi mujer me dejara ir a un concierto de AC/DC en Bilbao, y tuve que borrarme de la Penya Taurina EL PEROL de mi pueblo, -la que fundamos los colegas de toda la vida-, para poder ir a otro concierto de AC/DC en Sevilla. Ahora, si no viene mi hija conmigo, mi mujer ya no me deja ir a los conciertos. Me gusta pasear los sábados por la mañana con mi perro entre los naranjos de las afueras de mi pueblo. Me pongo el mp3 y canto mientras él va olisqueando por los árboles. A veces nos sentamos juntos en una acequia tranquilos al sol, y mientras lo acaricio pienso en el partido del Valencia de ese fin de semana, aunque estos últimos meses sentado junto a Fito el asunto de la venta copaba todos mis pensamientos. Ya saben, poco fútbol por desgracia. Mi perro ya no se llama Momo desde que Momo Sissoko fichó por el Levante.

Trabajo en SUPERDEPORTE, no he trabajado en otro sitio y tampoco me veo trabajando en otro sitio. Me encanta. Me veo dentro de veinte años haciendo lo mismo; sufriendo y disfrutando con mi equipo, y escribiendo mis historias en la última página. Disfruto plantando cara a la prensa de la Meseta. Me motivo cuando compruebo que les toco las narices. ¡Qué grande! También juego al pádel con mis amigos aunque soy un auténtico paquete y nadie quiere ir conmigo de pareja. Me gusta escaparme con los colegas a tomarnos unas birras y reírnos siempre de las mismas gilipolleces. He terminado acostumbrándome a que mis hijas y mi mujer no me hagan caso. En casa no mando nada. ¡Nada! No se creen que en el periódico sí mando algo. Ahora soy feliz porque el Valencia ha salvado la vida. Soy feliz porque veo a los valencianistas felices. No lo niego, he sufrido más por la gente que por el club en sí mismo, por eso no permito que se burlen de nosotros. No permito que algunos tipejos de la Meseta se burlen de la gente de la calle sin saber lo que ha sufrido estos meses, sin saber de aquella manifestación espontánea que algunos califican de programada y pagada y que afortunadamente terminó por decantar la balanza. Soy periodista porque no pude ser guitarrista de rock. Soy del Valencia por culpa de mi padre. Y paleto. A mucha honra. Y para toda la vida. Y tú... ¿de quién eres? ¿De Marujita? PD: Soy un crack en el truc.