Ya puede ir espabilando Nuno Espirito Santo porque jugando así no vamos a ganar en Eibar. La suerte que tuvo ayer es que enfrente había un entrenador ‘pirado’ —dicho esto con todo el cariño del mundo— que se fue al descanso ganando 1-3 y en vez de tratar de cerrar el partido salió a por más goles. El Valencia no ha eliminado al Rayo porque sea mejor equipo, lo ha eliminado porque tiene mejores jugadores. Es muy diferente.

Rodrigo y la gloria

Rodrigo tiene condiciones para ser un excelente futbolista. Es súmamente rápido y tiene mucha calidad. Dos conceptos básicos para este deporte. Además tiene algo que le hace adorable; hambre. Rodrigo se muere por triunfar. Le miras a los ojos y puedes ver todos los sueños que ha soñado, todas las veces que se vio triunfando y celebrando goles en un gran equipo como el Valencia. Me gusta que los futbolistas del Valencia tengan hambre de gloria pero debe controlarse. Primero ha de entender que el mal momento que está pasando no lo va a superar de un partido a otro, que no va a marcar cuatro goles en noventa minutos. Había marcado el de la gloria y lo echó todo por la borda con una absurda agresión que fue sancionada con tarjeta roja y muy merecida. Si yo fuera el Valencia lo sancionaría internamente. Lo peor es que expulsión permite a los árbitros seguir con su coartada de que el Valencia es un equipo violento porque la agresión canta mucho. Y la realidad es que al margen de esa patada estúpida, desde que empezó la temporada al Valencia los árbitros lo están machacando.

¡Ese Paquito!

Y luego está Alcácer. Mi Paquito Van Basten. ¡Un fenómeno! Lo dijo ayer un compañero suyo de vestuario en las redes sociales y lo suscribo: «Paco no busca el gol, el gol busca a Paco». Tiene ese punto de Raúl que se tiene o no se tiene. ¡El don del gol! Nuno, búscate la vida pero Paquito y Negredo tienen que jugar juntos. Uno porque es muy bueno y el otro porque las enchufa.

La táctica de Nuno

Dicho todo lo anterior y visto lo que le importa a Nuno la Copa del Rey —no hay más que ver las alineaciones que ha planteado en los dos partidos—, tengo una cosita más para él: muchas gracias Nuno Espirito Santo por pensar en ti, por pensar únicamente en jugar la Champions la temporada que viene. Gracias por actuar como si esta Copa no fuera más que un estorbo en tu camino hacia la gloria entre los grandes de Europa. Gracias por no pensar en los aficionados. La próxima vez que nombres a los valencianistas no te creeré porque si pensaras en ellos no habrías hecho lo que has hecho con la Copa del Rey; tratarla como si fuera un trasto. Si hubieras pensado en ellos te habrías preocupado por saber qué significa la Copa para los valencianistas, te habrías preocupado por saber que esta temporada, —¡por fin!—, el cuadro había sido benévolo con el Valencia. Es como si no te importara la necesidad de sueños de la gente, como si todavía no te hubieras enterado que en Mestalla no solo de la Liga vive el hombre. Hubo un tal Emery a quien la Copa le molestaba y que se empeñó en tirarla una y mil veces. Terminó con una insignia de oro y brillantes que le regaló Manuel Llorente pero sin el cariño de Mestalla. Y ya no lo tendrá jamás. Ya sé que Peter puede regalarte muchas insignias de oro y brillantes, pero toma nota de lo que pasó anoche Nuno, la Copa no se tira, somos broncos, y coperos... Es lo que tiene pasearse por las emisoras de radio de la meseta, que nadie conoce la historia del Valencia y no te la cuentan. En fin.

Historias bonitas

Para terminar una idea; de locuras como esta, de eliminatorias al límite, han nacido cantidad de bonitas historias... Seguimos adelante que es lo que cuenta.