Pues ahí andamos, volviendo a empezar otra vez encantado y feliz como una lombriz. Decíamos no hace mucho que el Valencia está a tiempo de todo pero que no de cualquier manera, y que para llegar a tiempo sea donde sea que tiene que ir, era imprescindible que el equipo mejorase desde el esfuerzo individual de cada jugador hasta lo colectivo, y eso es precisamente lo que hizo el Valencia ayer. Currar mucho y empezar a darle sentido a la palabra EQUIPO, algo que hasta ayer, no había aparecido en toda la temporada. Cierto que el Valencia solo fue un asomo de EQUIPO y que queda mucho por delante, pero ayer fue más EQUIPO que el viernes pasado y supongo y espero que menos que el domingo que viene. Es imprescindible que los futbolistas vean recompensado su trabajo con triunfos para que desaparezcan definitivamente los egos y se priorice el bien común por encima del individual. Cierto que jugando mal o poco bonito, pero ante el Granada y anoche en Lyon se vieron cosas que por primera vez podemos identificar como voluntad colectiva, aunque sea despejar balones y sufrir atrás... pero todos juntos. Queda mucho por hacer por más que no me resisto a escribir que el domingo ganaremos 0-3 en San Mamés, pero la gran lectura de lo que llevamos de temporada oficial es que si no curramos cualquier equipo, por insignificante que nos pueda parecer, nos puede ganar. Y currar significa correr y preparar bien el partido, es decir, el Valencia de Nuno no puede poner una alineación cualquiera, el entrenador tiene que hacer las rotaciones con cabeza. Por otra parte, después de mucho sufrir viendo el partido y con la alegría y felicidad que te da una victoria, he de admitir que soy el primero que hace una semana habría quemado la falla porque después de perder ante el Espanyol esta más caliente que ´el palo un churrero´, pero la exigencia no debe estar necesariamente reñida con el apoyo en los malos momentos. Nuno tiene razón cuando pide que si tiene que haber pitos, sean al final del partido. Mestalla es la casa del Valencia...