Le preguntaron por el día más feliz de su vida futbolística, se declaró madridista perdido y dijo que cuando fichó como entrenador del primer equipo del Real Madrid. Ni una sola palabra de las dos Ligas y una UEFA que ganó con el Valencia. Dime ingenuo, pero me dolió. Esperaba un guiño que no escuché. No sé si por lo felices y frescos que siguen en mi disco duro aquellos días, pero recuerdo que me retorcí en el coche mientras conducía de vuelta a casa. Quité la radio y puse otra vez el nuevo disco del Robe, que no me emociona pero me gana poco a poco; mejora cada vez que lo escuchas porque siempre descubro algo nuevo. Imagino que ya lo habrán adivinado, no fue el Robe quien me defraudó, fue Rafa Benítez, un tipo que hasta hace nada era ´nostre senyor´ y que ahora me da pena. Pero pena cariñosa, que se entienda. Si no estoy enfadado, en general soy bastante ingenuo con todo lo que tiene que ver con el Valencia y tiendo a procesar las cosas en positivo, por eso me dolió en el alma que se pasara por el arco de triunfo los títulos con el Valencia y no los tuviera en consideración entre los días más felices de su carrera. Escuchaba al Robe cantar «perdido estoy sin ti» y seguía dándole vueltas al asunto hasta que llegué a la conclusión de que lo mejor era perdonarle porque si algo tiene, es que es tremendamente listo y pragmático; prefirió callar. Me gustó pensar que Rafa guardó esos momentos en su intimidad y dijo lo que dijo porque sabe que allí, en Madrid, no le perdonarían jamás que su respuesta no hubiera exactamente esa; «el día más feliz de mi carrera fue cuando fiché por el Real Madrid». Cualquier otro matiz le habría supuesto un aluvión de críticas similar al que fue sometido cuando dijo que ha entrenado a jugadores mejores que Cristiano Ronaldo. «A estos bobos de la meseta les ha mentido en su cara y no se han enterado. Les ha dicho lo que esperaban escuchar...» pensé... Y recordé otra vez aquella Liga de Sevilla y me vi de nuevo hablando con él en el hotel después de ser campeones. Por eso me da pena de la buena, de la cariñosa, porque no lo respetan; «es un entrenador que estudia mucho...» dice uno mientras el de al lado se descojona. «Está sentenciado» dice otro... Puede que hasta gane la Liga -cosa que no deseo en absoluto- pero prefieren glamour y grandilocuencia. Tienen un tipo trabajador y honrado y les sabe a poco... Si lo analizas, quedan retratados.