Cuando has cumplido los cuarenta la vida te ha enseñado lo suficiente como para aprender que las cosas hay que tomarlas como vienen y que lo mejor es tirar para adelante como sea porque como dice Rosendo, «amanece cada mañana los siete días de la semana». Esta profesión te enseña a vivir el presente pensando que siempre hay un día más en el que tratar de renacer. Me lo dijo una vez Vicente Bau, «hacer un periódico cada día te permite ganar al siguiente de perder», y te enseña que cada día es un sueño y una aventura más. Luego llegaron las movidas de la página web, que es un poco contar las cosas al minuto y que le quita el romanticismo a la historia de Bau, pero me sigue gustando pensar que renazco cada mañana. Pues eso, que como todos el viernes me fui a la cama fastidiado por los atentados de París y pasé el sábado cantando ´Ama y ensancha el alma´ de Extremoduro porque para mí es un himno que con otras palabras, pero como a la fuerza obligan „que no es lo mismo que olvidar„aquí estoy en pie de guerra y sin temor marchando siempre a todo gas y pensando que lo mejor que podemos hacer es seguir escribiendo sobre Nuno Espirito Santo y sus cosas porque es una forma de decirle a esta gente que no nos van a mediatizar en nuestro día a día y que renacemos las veces que queremos. Y eso tiene que hacer el entrenador del Valencia, renacer, lo que pasa que renacer es algo más que pedirse fichajes.

Evidentemente, el Valencia necesita fichar, tiene dinero para fichar y va a fichar, porque como todos sabemos que la planificación del verano ha sido como ha sido excesivamente correcto, por lo que aplaudimos que Peter Lim tenga la intención de mejorar siempre, pero una cosa es el dueño y otra el entrenador. En el pulso que mantiene con Álvaro Negredo no sé quién ganará, es decir, no sé si el Tiburón saldrá finalmente del Valencia y si vendrá el delantero que quiere Nuno, pero esa no es la solución a los males del Valencia. La sustancia del asunto está en que tiene que cambiar algunas cosas, fundamentalmente, en que tiene que dejar de pensar que está por encima de todo. Y eso, no lo va a solucionar por muchas entrevistas que conceda porque la gente no es tonta y sabe que en verano, cuando estaba arriba del caballo, no sentía la necesidad de decirle al mundo «no soy un monstruo». Eso, como el amor, no se dice, se demuestra. Nuno, ama y ensancha el alma.

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