Hacía tiempo que no veía a los valenciansitas tan hasta las narices como ahora. Por lo que sea o por quienes sean, pero me atrevo a decir que muy pocos aficionados creen realmente en que el equipo de Neville sea capaz de eliminar al Athletic. Y cuando digo ´realmente´, me refiero a que lo crean desde el fútbol, es decir, con argumentos deportivos. Repito, me atrevo a decir que muy pocos valencianistas confían en que su equipo elimine al Athletic. Eso sí, el fútbol no es solo fútbol, no es solo táctica y cuestión deportiva, de hecho el fútbol es mucho más que eso. Táctica tienen todos los deportes, pero ninguno levanta pasiones como él. Por ello, de la misma manera que pocos confían deportivamente en el Valencia, seguro que son unos cuantos más los que desde la fe, y desde el amor por su equipo, creen ciegamente que se puede eliminar al Athletic. Sí, me he dado cuenta de que recurrimos a la fe como argumento para eliminar al Athletic en unos octavos de final de la Europa League „cosa que sirve para calibrar en qué nivel estamos ahora„, pero hasta que el fútbol me diga lo contrario, yo confío en el Valencia porque me da la gana. Guarden esto y luego búrlense si quieren.

Torear preguntas¿Es sinónimo de miedo?

A Garay Neville le preguntan por las risas y bromas de algunos de sus futbolistas durante el cambio de Negredo en el partido ante el Atlético de Madrid y él vuelve a explicar el cambio en sí mismo, reclama que tiene derecho para tomarse su tiempo en decidir y acaba quejándose porque se dice que el Valencia perdió contra el Atlético por el cambio. Vamos por partes; primero, nadie ha dicho que el Valencia perdiera contra el Atlético por culpa de ese cambio, más que nada porque todos los que vieron el partido saben perfectamente que el Valencia perdió porque el Atlético es muchísimo mejor equipo, y en ello tal vez Neville tenga alguna responsabilidad, aunque no toda. Segundo, tiene todo el derecho del mundo a tomarse su tiempo, pero faltaban diez minutos para terminar el partido y él tardó cuatro en darle una solución al equipo. Y tercero, al eludir la pregunta nos muestra un entrenador débil y asustado que tal vez no tenga narices de afrontar públicamente el tema de las risas de sus jugadores y decir sin miedo que las cosas de vestuario son privadas. Como dicen en mi pueblo, ´està mes verd que una ceba´.

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