Admito que tengo el susto en el cuerpo, y para que se hagan una idea de cómo de grandes son mis miedos, les contaré que el pasado lunes después de la derrota ante el Celta de Vigo desperté de madrugada sobresaltado ante lo demasiado que se parece la temporada del Valencia a la que hizo el Villarreal cuando descendió a segunda división hace unos años, pero como soy buena gente no contaré los pareceres y similitudes que es Pascua y hace bueno, y me limitaré a decir que todavía recuerdo como al incorporarme en la cama en mi mente estaba ese partido en Mestalla, con el Valencia jugándose la vida y el Villarreal la nada pero con lógicas ganas de revancha y hasta con prima por ganar. ¡Pesadilla de las gordas! Me consuela pensar que con todos los expertos en fútbol con los que he hablado desde entonces, es decir, profesionales que viven del fútbol y no de ´arrejuntar´ letras o decir bobadas en un micrófono como yo, mantienen su seguridad en que el Valencia no va a bajar a segunda división y por eso mismo acabo de formar ´La cofradía de los asustados que se fían de los que saben de fútbol de verdad´, porque me ha cambiado la cara y ahora voy caminando por la vida diciéndole al mundo que no tengo ni idea de fútbol vestido con una sonrisa de oreja a oreja aunque no sé dónde ni contra quién vamos a sumar esos pocos puntos que nos faltan para salvarnos. Pero no se vayan a pensar que todo es felicidad, porque quiero contarles que mientras unos sufren y otros decimos que nos despertamos del susto de madrugada cuando en realidad eran las diez de la mañana, hay dos jugadores del Valencia que se toman los entrenamientos a broma. Sé que cometo un error al decirlo sin dar sus nombres porque de alguna manera los señalo a todos, pero pasa que no tengo tantas ganas de guerras y me limitaré a avisarles con que sé que no se toman los entrenamientos en serio, y com prueba aporto que el otro día, mientras Ayestarán preparaba un saque de esquina de estrategia y daba instrucciones a los que remataban y a los que defendían, uno de ellos era el encargado de sacar el córner y como estaba cansado de esperar levantó los brazos y dijo chillando: «¿Ya o me voy a mi casa?». Así que menos bromas y más entrenar a tope todos los días para que los valenciansitas no tengan que sufrir por su equipo.

PD: Menos entrevistas personales dando pena y más concentración en los entrenamientos.

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