Escribo esto sin tener en cuenta la encuesta que publica este periódico entre todos aquellos que han querido responder a la pregunta de si consideran conveniente renovar a Ayestaran. Y lo que quiero escribir es que evidentemente no se pueden tomar decisiones deportivas según lo que quieran los aficionados, es decir, si se renueva o no a un entrenador es una decisión que se debe tomar en virtud de criterios futbolísticos, pero me atrevo a decir que el proyecto de Peter Lim está en un punto tal, que mal harían los que mandan si se pasan a los aficionados por el arco de triunfo. Si un entrenador tiene una trayectoria en su favor suficiente, se puede apostar por él contra viento y marea, pero no es el caso. No hay más que ir a la calle para constatar cuánto está el valencianismo de pendiente de saber quién será el próximo entrenador, y teniendo en cuenta esto, me atrevo a decir que en virtud de lo que se decida, el personal calibrará el proyecto. Sí, así de inmediato e impulsivo puede llegar a ser el fútbol... En otras palabras, la gente está estresada y nerviosa con el asunto del entrenador porque no se fía del Valencia de Peter Lim. No hay más.

Me da igual la hija de LimPero un poco de respeto...

No me gusta decirle a la gente lo que tiene que hacer pero no se pueden obviar según qué cosas. A mí le hija de Peter Lim no me representa como valencianista diga lo que diga, pero insultarle a través de las redes sociales me parece, como poco, lamentable. Dicho esto, algunos de los que acusan a la hija de Lim de autoproclamarse el Valencia en sí mismo, o lo que sea, se autoproclaman también como portavoces de la afición y del verdadero sentimiento valencianista sin haber pedido permiso a aquellos a los que dicen o creen representar.

PD: Me he cansado de eso de si Pepito o Paquito me representa, al final, prefiero pensar que el Valencia lo forman las experiencias personales de todos aquellos que lo sufren y disfrutan a diario. Hasta ir de paella puede ser una buena forma de ejercer el valencianismo...

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