En los últimos diez años mucha gente ha gestionado mal, llegando a una situación económica de quiebra que necesitó de buscar un inversor extranjero para ser rescatado». Son palabras de Peter Lim. Más claro no se puede decir, lo que pasa es que de Lim hay que esperar hechos y no palabras, así es cómo sabremos si es verdad que ha aprendido de sus errores. Si su crédito entre los aficionados ya no es ilimitado es por sus malas decisiones, no por sus palabras, por lo tanto, solo puede recuperar el crédito con hechos. Y está por ver que renovar a Ayestaran pueda considerarse como aprendizaje... Si el Valencia renueva a Pako Ayestaran tendrá mi apoyo como lo han tenido todos los entrenadores, pero sigo haciéndome preguntas. Por ejemplo, ¿es necesaria tanta propaganda para convencer de que es el entrenador ideal? Dicho de otra manera, lo que me tiene mosqueado es precisamente eso, que haga falta tanta propaganda. Si tanto creen en él que salgan y lo digan. Es fácil. Eso sí, al aficionado de la calle solo lo van a convencer con resultados, la gente está marcando de cerca a Peter Lim, y con el asunto del entrenador calibrará el proyecto porque sabe perfectamente que el entrenador es la parte fundamental de un equuipo de fútbol y no quiere más experimentos. Pedirle actos de fe al valencianismo a estas alturas es mucho pedir. Por cierto, a ver si nos queda una cosa clara, el Valencia no es lo que ha pasado estos días en Singapur, el Valencia es lo que pasó, por ejemplo, en Albalat del Sorells el sábado pasado, es decir, una concentración de aficionados y peñistas. Lo otro son juegos florales. Más Albalat y menos Singapur.

¡a Singapur!

Vamos a contar mentiras

Oscar Sanz en El País: «Emery es hoy uno de los técnicos más cotizados del continente y lejos quedan los tiempos en los que, jornada tras jornada, abandonaba el banquillo entre la repulsa general. Le ocurrió en su etapa en el Valencia, donde la afición no le perdonaba que quedara tercero en la clasificación, un puesto por lo visto menor para tamaña institución, siendo solo superado por dos conjuntillos de medio pelo llamados Barça y Real Madrid. Eran días en los que Mestalla, amén de alojar en su palco a presuntos corruptos de diversa índole, todos muy populares, clamaba contra el técnico al grito de ´¡Unai vete ya!´. Y Unai se fue». Lo raro es que no lo inviten a Singapur...

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