Hasta que pacté una entrevista con Villa a esa hora, los sábados por la mañana eran sagrados para mí. ¡Anda que no ha peleado mi mujer para buscarme oficio y beneficio cada sábado entre las doce y las dos del medio día sin éxito alguno! Las cervezas con los colegas son sagradas. O lo eran hasta este sábado. Las palmé pero había una buena causa. Es lo que tiene ser periodista, que mola, y que puedes entrevistar a Villa. Luego me hice una foto con él€ ¡qué recuerdos! Lo malo fue cuando la pasé al grupo de washap familiar, que rápidamente mi mujer dijo que cuando me conviene sí me olvido de las cervezas con los amigos. «Te pasa per farol, Carlos» pensé mientras mis hijas ponían emoticonos de esos de que te partes la caja de risa por el ZASCA que me acababa de zampar. Aún así, entrevistar a Villa mola.

Y aquí sigo, encantado y feliz como una lombriz. No sé cómo pero cuando terminé con lo del Guaje, subí al coche para ir al periódico y al poco me descubrí solo y sonriendo. Estar con el Guaje me permitió darme un atracón de nostalgia de la buena, de esa que no quieres que se termine porque te da mala leche pensar lo que fuimos y lo que somos. El Guaje está dos horas firmando autógrafos, luego le haces entrevista y si no fuera porque ambos teníamos prisa, lo mismo ahí seguíamos, hablando de fútbol. Si hasta se despidió dando recuerdos a la gente de SUPER y diciéndome «a ver si la temporada que viene podemos disfrutar€». ¡Será grande el condenado!

Y llegados a este punto, es el momento de contar una de las mejores y más jugosas anécdotas que nos han pasado en SUPERDEPORTE en sus muchos años de existencia. Sucedió un martes 27 de agosto de 2013. El Valencia había fichado a un delantero colombiano que se llamaba Dorlan Pabón y ese mismo día llegaba a Valencia procedente de Colombia. Eran otros tiempos, y entonces molaba eso de ir a Madrid a recibir al futbolista de turno. Y allí que se fueron un redactor y un fotógrafo de SUPER, Andrés y Roberto, con la intención de hacerle una entrevista al nuevo jugador blanquinegro y viajar con él hasta Valencia. El caso es que mientras Andrés y Roberto esperaban en la estación de Atocha a que llegara Pabón desde el aeropuerto de Barajas, apareció la expedición del Atlético de Madrid porque al día siguiente jugaban la Supercopa de España contra el FC Barcelona. Y de repente, uno de los jugadores del Atlético sale de ´fila´ y va directo hacia los dos periodistas de SUPER. Era David Villa, que los había reconocido y no dudó en ir a saludarlos: «¿Qué hacéis aquí?», les preguntó. «Pues esperando a Pabón, que es un delantero que ha fichado el Valencia y que viene de Colombia». Sonrió y dijo, «ya veo que no cambiáis, siempre al pie del cañón con el Valencia ¿eh?», no en vano, él mismo fue protagonista de un reportaje similar cuando fichó por el Valencia hace ya muchos años. Entre risas y bromas, preguntó cómo iba todo por Valencia y por el periódico, y dijo, «os dejo que nos vamos a Barcelona». La anécdota no pasaría de ser un ejemplo de lo que es un tipo agradecido y educado, pero lo que viene a continuación, le da una dimensión mayor. El caso es que al rato apareció Dorlan Pabón, con una gorra de cuero negra y mirando al suelo. Los periodistas de SUPER se le acercaron y le dijeron algo como «hola Dorlan, somos de un periódico de Valencia y hemos venido a acompañarte hasta la ciudad y nos gustaría poder hacerte algunas fotos y preguntas». El tipo, sin levantar la mirada del suelo y sin mirar a los ojos de quien le estaba hablando dijo: «Ese no es mi problema». ¿Se dan cuenta ahora de la diferencia? Por cierto, llamé a alguien importante en el Valencia y le dije, «oye, el Pabon este que habéis fichado no quiere hacer ni entrevistas ni fotos€ ¿este de dónde ha salido?». A regañadientes, pero se hizo las fotos y contestó a algunas preguntas.

PD: ¿Dónde está ahora Pabón? Pues eso.

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