Ya advertí el otro día que como no hay fichajes leo, y he leído el discurso de un periodista de moda cuyo nombre no diré porque me da no sé qué y porque puede parecer pedante. El caso es que el hombre dice cosas que son súmamente interesantes, y yo, que no lo puedo evitar porque tengo defecto profesional, lo extrapolo al Valencia. Ya saben que hasta extrapolo al Valencia canciones de Eskorbuto€ Lo dicho, que no tengo remedio y para cualquier cosa encuentro un paralelismo con mi equipo de fútbol.

Y dice este hombre que la prensa en España no ha tenido una edad dorada en los años 50 y 60, que fueron años en que los grandes periódicos europeos crecieron y se convirtieron en bandera y referencia de sus sociedades. Y que en España no hubo tal situación porque estábamos en una dictadura con su consecuente y detestable censura. Añadía que en España la época dorada de los periódicos llegó con la transición, y que la prensa se convirtió en la bandera de una sociedad civil que todavía no estaba formada en su plenitud porque, lógicamente, eran los primeros años de democracia plena en el país. Él lo explica mejor: «En ausencia de una sociedad civil organizada, durante la Transición, la prensa ocupó un lugar mayor del que le correspondía y se articuló como un poder más, no como un contrapoder». La prensa „y por extensión los medios de comunicación„ se acostumbró a mandar. Y a poner presidentes. ¿Les suena verdad?

De eso en Valencia tenemos un máster. Y todo viene de cuando el poder del club estaba dividido, quiero decir, de cuando la mayoría accionarial del Valencia como sociedad mercantil no era absoluta y dependiendo de los apoyos de uno y otro y de los votos de los pequeños accionistas se elegía presidente. Y ahí, la prensa podía ser definitiva -o aspiraba a ser definitiva- y podía decantar la balanza de un lado o de otro -y aspiraba precisamente a decantar la balanza de un lado o de otro-. Por eso cuando sembraba quería recoger: «Hola, ¿qué hay de lo mío?». La prensa en Valencia ha querido mandar en el Valencia, poner presidentes, directores deportivos, vicepresidentes y hasta jefes de prensa. Lo digo como lo siento y si me equivoco, es mi error. Total, uno más...

La subasta

No quiero extenderme demasiado en el proceso de venta, pero no fue más que el último gran coletazo de ese ´querer mandar y poner a mi primo para recoger´. Me gusta pensar que la gente tuvo algo que decir en todo aquello aunque lo que hizo que Peter Lim comprara el Valencia fue su dinero. Dime romántico, pero quien decide de verdad es la gente, no el periodista ansioso de poder. Insisto, dime romántico pero me gusta pensar que en una transacción económica de aquel calibre, en aquello que en realidad fue un canto al capitalismo y la compra venta de un sentimiento tan puro como es el amor de un aficionado por su equipo de fútbol, la gente tuvo algo que decir. Pues eso, que soy un romántico aunque mi mujer todavía se está partiendo la caja desde la única vez que se lo dije. No estoy aquí para decir lo que dicen otros, eso de que la gente que quería a Peter Lim ahora que trague y aguante porque ellos son responsables también de que, por ejemplo, Rodrigo no meta goles, de la salida de Pizzi o de que Nuno sea conocido como ´ojo de Lince Espíritu Santo´. ¡Es tan simple ese argumento y guarda detrás tanto rencor, que me estremezco de pensarlo y al escribirlo!

La gente dio su opinión en el proceso de venta porque estaba harta del pasado y quería romper definitivamente con él, porque detectó que algunos querían seguir mandando en el club desde fuera, y porque sufría al ver que su equipo de fútbol parecía abocado al caos económico. No hay más. La gente no quiere influir en el proceso de venta de Grúas Jacinto, Automatismos Carabias, Pintores Lapiedra o Banco Pepito ´lo que me das te lo quito´. Querer echarle la culpa al aficionado que apoyó a Lim es demasiado cruel, y ya es curioso que lo hagan aquellos que han intentado mandar en el Valencia durante décadas, que de hecho han mandado en el Valencia durante décadas, y que por lo tanto y por esa misma regla de tres, son en parte responsables de la gestión que llevó a que el Valencia fuera vendido al mejor postor en subasta pública. No es tan retorcida la cosa. Como yo lo veo Peter Lim salvó al Valencia de una quiebra económica que no había provocado él, pero se le puede aplaudir eso y recriminarle al mismo tiempo que sus decisiones han provocado la desastrosa temporada que la gente ha padecido. Y sí, Lim es millonario y quiere hacer negocio y no perder dinero, pero que levante la mano a quien le mole perder dinero. En cualquier caso, no era ahí adonde quería llegar.

Quería llegar a que estamos ante otro Valencia, ni mejor ni peor, simplemente ante otro tipo de institución que en algunas cosas me gusta menos, bastante menos, pero como periodista me tengo que aguantar. Tampoco me gusta lo poco ambicioso del proyecto, me machaca la idea de que a estas alturas la plantilla esté por hacer porque no hay ni salidas ni llegadas y me atormenta comprobar que el Valencia lo compra un hombre que pone dinero para que fichen Mendes y Nuno, pero no lo pone para que fiche un profesional de ´los fichajes´ basándose en criterios profesionales y estrictamente futbolísticos, pero me limito a decirlo. Y me sobra con decirlo. No aspiro a más. Como periodista tengo mi opinión y la digo, y trataré de estar siempre más cerca del sector 28 donde tuve el pase durante muchos años, que del Palco VIP -no se hacen una idea de los aburridos que son-. Y lo haré porque creo que eso tiene que hacer el periodista, pensar más en quien le lee y escucha que en quien manda y decide. Luego, que el señor Lim disponga lo que tenga que disponer. Se acabaron las presiones para después recoger. Adiós para siempre al chantaje. Peter Lim y compañía solo tienen que rendir cuentas antes los valencianistas, no ante mí. Ellos no tienen las acciones pero sí el poder. No lo olvidemos jamás; Mestalla manda.

PD: Ahora que lo pienso, si yo mismo he pedido a entrenadores del Valencia que juegue Pepito o Paquito... ¡Cazador cazado! Me pasa per farol.

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