La cosa va hoy sobre Aderllan Santos. Lo que es como futbolista no lo voy a descubrir a estas alturas sobre todo cuando él mismo ha dicho en la emisora de radio oficial del club que no es el mejor central del mundo pero que comprende a la afición porque cuando vio «los partidos del año pasado me di cuenta de que tienen razón. Trato de hacer las cosas lo mejor posible para agradarles porque los aficionados lo merecen». Efectivamente, no es el mejor central del mundo, pero hay que tener muchas narices para salir a decir eso en público. Lo explicaré de otra manera. Mi padre y mi mujer nacieron en El Puig, por lo tanto soy medio de allí. En agosto son las fiestas patronales y como en muchos pueblos los festeros de cada año son aquellos que, en teoría, están en edad de haber regresado de la mili. Ya no hay mili pero sigue habiendo fiestas en los pueblos. ¡No me toques las fiestas que me conozco! El caso es que en El Puig les gustan mucho ´els bous al carrer´ y dice la tradición que cada festero en este caso, ´clavari de Sant Roc´, tiene que cortar una cuerda al toro embolado, y por lo tanto hay tantas ´emboladas´ como ´clavaris´. Uno diría que hay que tener muchas narices para cortar la cuerda al toro embolado „y sé de qué hablo„ pero como yo lo veo, para lo que hay que tener narices es para ser el primer ´clavari de Sant Roc´ que admite que tiene miedo y no corta la cuerda al toro. Eso hizo mi primo y eso ha hecho Aderllan Santos, salir a dar la cara con un par de narices. Por cierto, el dato de que tiene un hijo en Brasil desde hace un mes y que no se plantea ir a verlo porque sabe que tiene mucho que devolver al Valencia y a su afición, y porque sabe que tiene que seguir trabajando duro, ha hecho que desde ya mismo, tenga todos mis respetos como persona, aunque tampoco nos pasemos con el almíbar, los futbolistas profesionales no son trabajadores al uso y se deben por encima de todo al equipo y al club. Dicho esto, cuando falle como futbolista, lo diré, pero como persona, este tipo merece el respeto de todos.

Sé perfectamente que para volver a ser un equipo grande y competitivo el Valencia necesita más a Otamendi que a Santos, que algún partido de fútbol he visto en mi vida, pero en un equipo hace falta de todo, desde la calidad de Cancelo bien canalizada y dirigida, hasta la actitud contagiosa en el trabajo de Aderllan. No lo olvidemos.

Más artículos de opinión de Carlos Bosch, aquí.