Cuando explicaba la confección de la plantilla del pasado verano ante los accionistas la presidenta Layhoon hacía referencia al control financiero de la Liga de Fútbol. Era su gran parapeto para convencer al personal del porqué de las ventas y de los fichajes ´baratos´, pero no cuela. Y no cuela porque el control financiero no cae del cielo. Si el Valencia estaba obligado a cumplir unos límites marcados por el control financiero de la Liga que le obligaron a vender a los mejores fue por los errores que cometió el Valencia la temporada pasada. Que la presidenta ponga como excusa o explicación de la falla el control financiero es una de las mayores tomaduras de pelo que recuerdo desde que llegó Meriton. Alguien tiene que decirles que la nefasta gestión de los que estaban antes, esa que llevó al club a ser vendido en subasta pública y que ahora colea con sanciones de la Unión Europea, no justifica en absoluto la desastrosa gestión actual, o al menos, como coartada ya no vale.

"Den gracias de que la gente todavía va a Mestalla" dijo un accionista, y "han metido mucho dinero, pero cumplan con lo que se comprometieron", dijo otro. No hay mejor resumen de lo que está haciendo Peter Lim desde que llegó. Responsables de lo que le pasa al Valencia son todos los que están, pero unos más que otros. Prandelli el que menos, y a quien fío el futuro inmediato de club. Se carga contra García Pitarch por la confección de la plantilla y al respecto tengo mi opinión. Le falta un delantero que meta goles, eso no se puede aprender o mejorar y es cosa de García Pitarch, pero ojo, los errores en defensa sí se pueden subsanar y son cosa del técnico.

Al director deportivo le recrimino a viva voz la renovación de Ayestaran. No tenemos plantilla para aspirar a la Champions, pero sin Ayestaran no estaríamos a un punto del descenso. García Pitarch puede hacerlo mejor o peor, pero como lo veo, Meriton le ha dado poco margen de maniobra. En otras palabras, ahora mismo, el problema es más estructural que de un director deportivo en concreto, aunque el hecho de que Prandelli no haga cambios en Balaídos hasta el minuto 80 da que pensar y mucho. Ya dije la semana pasada que no me gustaba el ambiente festivalero que desprende el club. Nos jugamos la vida en Balaídos y días antes hacemos homenajes. Esto no va por Alves, pero no estamos para homenajes. Conclusión, vamos a Vigo sin intensidad...

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