Hay un dicho que dice que cuando un tonto coge un camino el camino termina pero el tonto sigue. No quiero ser faltón, pero cuando un periodista coge por medio un tema, el tema termina y el periodista sigue. Y yo el primero. Ahora nos ha dado por Fran Villalba y el asunto de su renovación, que no digo que no sea importante, pero a veces nos perdemos en el ruido y no valoramos la sustancia. Y la sustancia no es el jugador en sí mismo o si tiene una oferta del Rafelbunyol o del Manchester. Lo esencial es otra cosa que se puede explicar con algunas preguntas y reflexiones: Al margen de Lato, Soler y Rafa Mir que casi forman parte de la disciplina del primer equipo, ¿en el Valencia entrenan con el primer equipo los que lo merecen? ¿Es un premio para los chavales entrenar con el primer equipo o hemos dado muchos pasos para atrás y entrenan los que no cuentan para el entrenador del filial? Entrenar con el primer equipo se gana siendo el mejor en el Mestalla.

Esa es la esencia de una escuela de fútbol. Que el Valencia se siente a hablar con Fran Villalba y la prioridad sea la cuestión deportiva es la mejor noticia que el aficionado puede esperar respecto al jugador, porque trasciende al futbolista. Y que sea noticia es síntoma de que, al menos yo, había llegado a ponerlo en duda.

Aplauso pues para el Valencia en el asunto Fran Villalba y lo digo con la esperanza de que se aplique para futbolistas que están haciendo méritos como Nacho Gil, que es quien más lo merece de los jugadores del filial que están en edad de promocionar hacia arriba. Dijo el otro día Diego Alves en la Cadena Cope que si los jugadores están abiertos a la crítica de los periodistas, los periodistas tienen que aceptar que ellos también pueden ser criticados. Tiene razón Diego, y ahí están las redes sociales que nos lo recuerdan a diario.

En este sentido, hoy me voy a criticar a mí mismo, o mejor dicho, reconoceré un error. Un día me calenté y me pasé de frenada. Acusé al Valencia y a Alexanko de no tener un plan claro con Fran Villalba y por extensión con el resto de canteranos. Mi error fue que no tuve en cuenta que el Valencia en menos de dos años ha tenido cuatro entrenadores del primer equipo, dos directores deportivos y dos directores de la Academia, y así es imposible que haya una línea de trabajo que se mantenga en el tiempo. Por cierto, yo prefiero que los niños aprendan a que el filial ascienda.

Más artículos de opinión de Carlos Bosch, aquí.