Esto me preguntaba el pasado viernes un aficionado en una cena con una peña valencianista: «Carlos, ¿crees que hay alguien que ahora pueda unir al valencianismo?». Todo el fin de semana estuve dándole vueltas a la reflexión. Así, de manera improvisada, llegamos a la conclusión de que no existe en este momento tal figura, ni ex presidentes, ni ex futbolistas... «¡ni siquiera un periodista podría hacer que todos olvidáramos nuestras diferencias!», me dijo él. Lo del periodista es casi anecdótico y fruto de la desesperación al ver que buscando y rebuscando no hay manera de encontrar al hombre de consenso, de ahí lo profundo de la pregunta que no hace más que poner de manifiesto lo profundo del problema. La división actual es uno de tantos legados del proceso de venta, que entre todos nos empeñamos en no superar, si bien, quien más empeño pone es el propio Peter Lim porque no da una. Al respecto del proceso de venta, digo hoy lo que he dicho más veces, posiblemente la única manera de superarlo sea admitir que no hay ganadores ni vencedores, y que no hay más que ver al equipo para constatar que hemos perdido todos. Vuelvo a la conversación con los aficionados, recuerdo que éramos tres o cuatro los que formábamos aquella tertulia de un viernes por la noche, y que como siempre hago en estos casos, puse sobre la mesa la historia de Montes y Cubells, dos delanteros -uno muy técnico y el otro rematador poderoso-que hicieron grande al Valencia en los años veinte del siglo pasado. El asunto está en que ambos marcaban goles para el Valencia pero protagonizaron la primera división en la grada, estaban los ´montistas´ y enfrente los ´cubellistas´.

¿Estamos ante el germen de nuestra manera de ser? No lo descarto pero hay matices importantes. La división en sí misma no es mala, es más bien el reflejo del debate futbolístico que jamás debe morir porque en él está una de las grandezas de este deporte, pero lo de hoy está muy lejos de aquello, no es lo mismo estar en la trinchera para discutir si es mejor Villa o el Piojo, que estar en la trinchera mientras el equipo se desangra incapaz de ganar un partido que tiene ganado porque los jugadores están acobardados, y sabiendo como sabemos todos que al frente del club hay gestores ´incapaces´. La portada de este periódico tras el empate ante el Málaga decía «este equipo necesita ayuda» y formas de ayudar hay muchas. Sinceramente, y lo digo como lo siento, ahora mismo dudo mucho que el señor propietario haga algo por ´ayudar´, y me temo que esto va a ser cosa de los aficionados, pero siento vergüenza al escribir que otra vez ellos, los valencianistas de a pie, tengan que ser los que se arremanguen para tirar del carro mientras el multimillonario dueño del club se esconde. Si no pone dinero para fichar ahora con lo mucho que lo necesita el equipo, ¿para qué vino entonces? A este paso, el valencianismo se unirá por una vez en la vida y será contra Peter Lim. ¡Normal!

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