Último día de mercado y por obra y gracia de Meriton el Valencia no ha fichado un medio centro defensivo y ha pasado la tarde fichando a Orellana en plan guinda. Repito, el equipo es decimoquinto tras 19 partidos y el fichaje que han hecho es en plan guinda del pastel... ¡Ojo a los cracks! Pero no pasa nada, porque ya están los del Barco de Colegas de Singapur para cacarear las bondades del futuro inmediato, que ya se sabe que la temporada que viene Anil Murthy tiene en mente un proyecto tan ´chachi´ y molón, que si se entera el Manchester City de Guardiola de los planes que lleva entre manos, lo mismo le roba la idea a golpe de talonario. Olvídense de esta temporada, que si no hay más fichajes y el equipo termina el decimosexto y salva la categoría sin sufrir, no pasa nada, porque el amigo Anil pacta un ´hastag´ de esos bien guapos con Damià, un mensaje de cariño eterno al Valencia y hasta el infinito y más allá, y lo lanzan por el tuitter oficial y arreando. Y claro, como todos le dicen en el club que está muy bien y que la idea es fantástica, el hombre vive convencido de que ha solucionado el problema.

El señor Anil Murthy es un ejecutivo puesto por Lim en el club para que le cuente cómo está el entorno pero como todos le hacen la pelota para que le diga al dueño que ponga a sus amigos, al final cuando se mira en el espejo termina creyéndose que sabe de fútbol, y no es el caso. Hay que ser un lince -nótese la ironía- para pactar con los enemigos de tu jefe y querer meter en el club a los que llevan dos años organizándose como oposición contra él pero sin juntar un duro, que es por otra parte el único aval que le queda a Lim, que él sí los puso. La última locura que uno puede esperar de este Valencia es que un recién llegado elija el director deportivo de la temporada que viene, y encima, que elija el que le aconsejen aquellos que no han hecho otra cosa que desprestigiar a su jefe. Menudo estratega... No me extraña que todos los profesionales relacionados con el fútbol terminen saliendo del Valencia de una manera u otra y acobardados, y que sigan en él los de siempre.

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