No soy nadie para decirles a Vicente y a Alexanko lo que tienen que hacer pero puedo opinar, y como hasta que se demuestre lo contrario -que probable y lamentablemente se demuestre y de ello se encargará Peter Lim- tienen autonomía para hacer lo que crean conveniente, interpretaremos en el presente lo que ha de ser el futuro deportivo inmediato del Valencia. Como yo lo veo, Vicente no tiene más que mirarse al espejo y recordar qué pensó él cuando Subirats le llamó para decirle que quería llevárselo al Valencia hace ya muchos años. Vicente tiene que pensar qué le hizo a él fichar por el Valencia y qué sensaciones tenía y con qué soñaba cada noche mientras esperaba a que se cerrara la operación. Creo sinceramente que una de las claves de la reconstrucción deportiva del Valencia pasa por fichar jugadores para los que jugar con esa camiseta y en Mestalla sea la oportunidad de su vida, y dejar de lado las apuestas estilo broker de Peter Lim. Vicente llegó al Valencia cargado de ilusión y dispuesto a comerse el mundo, y no pensando en que si hacía dos años buenos se marcharía al FC Valors, al Manchester City o al Real Meseta Campo Atrás. Que sí, que ya sé que esa posibilidad siempre estará sobre la mesa, pero ha de ser una consecuencia y no un fin. Fichar por el Valencia ha de ser un sueño, una ilusión y un salto adelante en la carrera de un futbolista, no un instrumento para llegar a club mayor en el que ganar más dinero. Lo segundo es el estilo broker de Peter Lim, que aunque ganes dinero con Otamendi, André o Cancelo, al medio y largo plazo pierdes porque la consecuencia es un equipo sin alma con futbolistas que saben perfectamente que están de paso. Que es lo de ahora.

En lo que a mí respecta saben que soy optimista por naturaleza y que al final cada uno encuentra lo que busca, aquello de Iker Jiménez, que se va a una alquería abandonada a las cuatro de la mañana y claro, encuentra sonidos extraños que parecen de ultratumba. Aunque ahora que lo pienso, en la plaza de mi pueblo en plenas fiestas también puedes encontrar alguna que otra voz de ultratumba... Pero volvamos al fútbol, decía que soy optimista por naturaleza y por eso encuentro argumentos positivos. Y los he encontrado en el canterano Rober Ibáñez y en Simone Zaza. El primero ha dicho en una entrevista que su único objetivo es triunfar en el Valencia. Está por ver que lo logre, pero creo que en estos momentos necesitamos más futbolistas que quieran triunfar en Mestalla que futbolistas que quieran jugar en Mestalla para marcharse, por ejemplo, al FC Valors. Dicho de otra manera, apliquemos el refrán ese que dice "fa més qui vol que qui pot". El segundo ejemplo es Simone Zaza. Un tipo que se ha mojado para fichar por el Valencia, un delantero internacional con Italia que ve en el Valencia el club que le ha ayudado a salir de una mala situación y que desprende una energía en cada partido que termina por contagiarse a la grada y, espero, al resto de compañeros.

Esta reflexión no la he inventado yo, pero sí quiero matizar que está por encima de los nombres que por ejemplo han salido últimamente como jugadores interesantes para el Valencia, y me refiero a Víctor Camarasa o Ander Capa. Creo sinceramente que ambos dan el perfil de lo que yo haría más allá del jugador en concreto, que es algo que ya depende de la decisión final de Vicente y Alexanko. Al respecto, y repito que es un debate que está por encima de los nombres, el ejemplo de Víctor Camarasa me vale porque es un jugador cuya meta es jugar en el Valencia, y seguro que hay jugadores del mismo nivel o superior y precio similar en cualquier equipo, el Lille, o el Génova por decir dos nombres, pero hay que buscar el hecho diferencial, es decir, al del Lille lo mismo le da el Valencia que el Everton...

Más artículos de opinión de Carlos Bosch, aquí.