El debate está servido con Boateng, como con cada nombre que aparece en la órbita del Valencia. Bueno es que haya debate que una de las salsas del fútbol. Futbolísticamente conozco poco a Boateng porque bastante tengo con aclararme con mis cosas y con Meriton. No me da para estar viendo partidos de otros equipo y encima tener que fijarme específicamente en algún que otro futbolista. Otra cosa es la operación, es decir, cuánto te cuesta el futbolista. En ese sentido si es a coste cero es una cosa y si pagas mucho por él es otra, en cualquier caso, futbolistas a coste cero te pueden salir caros y futbolistas que has pagado mucho por ellos te pueden salir baratos.

De Boateng me gustan dos cosas. Una futbolística que sí me ha dado tiempo a apreciar, y otra que tiene que ver con su vida privada. Vamos primero con lo personal. Los futbolistas salen de juerga. Unos más y otros menos, pero salir salen. A unos les pillan en una discoteca y otros son más cucos y nadie se entera de sus aventuras nocturnas. A algunos se les protege y a otros al contrario. Lo que me gusta de Boateng es que estamos ante un tipo que admite públicamente y cada vez que se le pregunta, que de joven era una bala perdida. ¿Significa eso que ahora es poco menos que un monje de clausura? Hombre, no lo creo, pero tampoco lo sé, pero me alcanza para valorar que alguien que dice cosas como esta, "gasté serias cantidades de dinero en clubes nocturnos, ropa y coches (tres en un día). Intentas comprar la felicidad. Como no podía jugar al fútbol, me compré un Lamborghini. A veces la miro y pienso lo estúpido que era, pero me hace ver que he aprendido y he madurado. Una mañana me levanté, miré al espejo y pensé que ese no era yo. Que yo era futbolista", algo debe haber cambiado para bien.

Otra de Boateng y sus aventuras de juventud: "Parecía viejo. Tenía 20 años. Cada noche estaba fuera hasta las seis. Pesaba unos 95 kilos, hinchado de beber alcohol y de la mala comida. Pensé que no quería ser ese tío y llamé a mis amigos para que limpiaran mi frigorífico. No bebí, no salí, empecé a cocinar, comía sano. Todo empezó porque Martin Jol me dijo que no me quería después de un mes. Pensé que si no me quería que disfrutaría mi vida. Ahora me doy cuenta cómo de malo fue: seis días a la semana en clubes nocturnos, bebiendo durante casi un año... Pero sólo tenía veinte años". Repito, no sé si es un santo, pero sí sé que cuando uno admite en público sus penas y habla con tal crueldad, es porque ha cambiado. Ahora tiene 30 años.

Y de lo deportivo me gusta precisamente su personalidad. He dicho en alguna ocasión que uno de los errores de Meriton fue fichar a demasiados jugadores jóvenes para competir en una Liga como la española. Recordemos los ejemplos de Vitolo y Viera. Sevilla y Valencia ficharon a los dos mejores jugadores de segunda división. El debate no es quién es mejor, Viera o Vitolo, o en quién tuvo paciencia, el Sevilla o el Valencia, el debate que planteo es que hace cuatro o cinco años eran promesas y tiempo después los vemos ya como futbolistas hechos y maduros, sin miedo en el campo y con la suficiente personalidad como para echarse a sus respectivos equipos a sus espaldas. Lo que trato de decir es que Meriton trajo a demasiadas promesas, demasiados ´Vitolos y Vieras´ en un equipo con la necesidad de competir siempre. Ojo, ¡claro que hay que apostar por los jóvenes!, pero hay que hacerlo bien, llenar el equipo de promesas inexpertas con el ánimo de revalorizarlos y venderlos tiene que ver más con una manera bróker de entender la vida, y en eso Lim ha sido fiel a sí mismo; él es un bróker. Hacer un equipo de fútbol competitivo es otra cosa. Haz un equipo competitivo y pon en él a Cancelo o a Santi Mina, que tiren del carro los veteranos y los jóvenes crecerán.

Y ahí es donde aparece la figura de Boateng, es un tipo curtido que no tiene miedo en el terreno de juego. Y eso es precisamente lo que necesita el Valencia, hombres y no niños. Boateng es un macho alfa, no se arruga y da la cara en los momentos más complicados. Hoy por hoy, en el Valencia, solo hay un futbolista de esas características, y se llama Enzo Pérez. Que finalmente sea Boateng o 'Boatenga' me importa menos, pero sí creo sustancial apostar por hacer un equipo. Como ejemplo recordemos que Peter Lim desestimó el fichaje de Augusto Fernández porque era mayor y apostó por Danilo Barbosa. A eso me refiero. Necesitamos machos alfas.

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