Me pregunto qué diríamos muchos y yo el primero, si apareciera una foto de la nada con Manuel Llorente posando sonriente con un aficionado que enseña la camiseta de Cristiano firmada. Sé perfectamente que Peter Lim los ha puesto y Llorente lo que quería era estar toda la vida sin ponerlos y cobrando un buen sueldo por su trabajo, y también sé que la diferencia es sustancial, casi tan sustancial como la gestión de uno y otro al frente del club, por más que como entenderán, tengo CERO intención de defender a Llorente porque ya tiene quien ladra por él en los palcos y en la prensa. Y sé que Llorente forma parte de los que, uno más que otros, llevaron al Valencia a ser vendido en subasta pública y que Lim puso dinero de su bolsillo para evitar su quiebra técnica, pero el fútbol no vive de balances y de pasivos, vive del presente y de sentimientos. Si eres el dueño del Valencia, el equipo va de miedo y sales con la camiseta de Cristiano la gente lo puede entender porque sabe que ademas de dueño del Valencia tiene los derechos de imagen del portugués, pero pasa que el Valencia no solo no va de miedo, si no que es un desastre hasta que se demuestre lo contrario. Y es un desastre por culpa de la gestión de Lim.

Lo diré con otro ejemplo. Es como si un sábado noche el Valencia gana al Real Meseta en Mestalla con gol de Pepito de Museros, y esa noche ves a Pepito en una discoteca, y aunque tú que eres mileurista y sabes que Pepito, por su condición de futbolista del Valencia cobra varios millones de euros al año, te vienes arriba porque ´això ho pague jo´, y acabas invitando a Pepito a una copa. Si el Valencia va mal como ahora, y ha perdido 0-2 en casa contra el Real Meseta, esa misma noche ves a Pepito de Museros, y lo que haces es hacerle una foto, subirla al facebook y decir lo poco profesional que es y lo poco que siente el escudo. ¿Es coherente? Absolutamente coherente. Así es el fútbol y la vida. ¿Qué Valencia tenemos ahora? Uno en el que un empleado dice que salvar la categoría es cumplir el objetivo, en que el dueño posa con la camista de Cristiano pero no pisa Mestalla y en el que los jugadores, entre líneas porque no tienen narices de hacerlo abiertamente, rajan de los aficionados porque a pesar de la ridícula campaña del equipo, no les aplauden en cada acción. Cristiano marcó tres goles ante el Atlético y luego pidió al Bernabéu que no le silbe más. Primero marca y después pide...

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