¿Fichar a Marcelino es suficiente como para confiar plenamente en el proyecto de la temporada que viene teniendo en cuenta lo que ha llovido en los últimos años con Meriton al frente? Francamente, diría que no. ¿Marcelino es un entrenador como para fiarse de él? Absolutamente sí. ¿Se ajusta el perfil de Marcelino a esa manera de entender el fútbol que ha permitido al Valencia ser competitivo? Se ajusta como anillo al dedo. Llegados a este punto, y manteniendo la cautela que hay que mantener cuando es Peter Lim quien está al frente, tampoco creo que cueste tanto decir que Mateu Alemany y Alexanko, si terminan fichando a Marcelino, aciertan con el entrenador y con el perfil en cuestión. ¿Qué problema hay? ¿Que han hablado con otros entrenadores y que alguno puede tener perfil diferente? Pues claro, es más, no hay que ser ingeniero para imaginar que antes de ir a Singapur hablarían con todos los candidatos, o al menos con sus respectivos representantes. De hecho, si no lo hicieron así se arriesgaban a volver de Singapur después de haberle dicho a Peter Lim que les gustaba Pepito de Museros de entrenador, y luego que Pepito les dijera que no porque ya está comprometido con el Bayern de Múnich... ¡Es de cajón! Lo mínimo que se les puede exigir es que vayan a hablar con el amo con el trabajo de campo hecho.

Lo veo tan evidente que me atrevo a decir que no creo tan simples ni a uno ni a otro, y hablo de Alemany y Alexanko. De hecho, sin querer ser faltón, sí veo un punto de simpleza decir que hablar con entrenadores de perfiles diferentes es sinónimo de no tener el rumbo muy definido, y lo digo porque a veces hilamos demasiado fino. Al final, se trata de entrenadores que están en el mercado, que puedes fichar, y que en su favor tienen que ninguno ha tocado con los Rolling Stones, que como yo lo veo, es un dato definitivo. En lo personal, diré algunas cosas que me gustan de Marcelino; me gusta que no guste a los jugadores, porque significa que les exige y sobre todo, que les aprieta, que es la mejor manera de implantar la meritocracia en un equipo de fútbol. Me gusta que sea valiente y hasta áspero en las ruedas de prensa porque los últimos entrenadores que se han hecho los simpáticos han resultado ser un auténtico engaño. Y sobre todo, me gusta porque me acuerdo de una frase que me dijo Pellegrino hace mucho: "Defender bien es jugar bien a fútbol".

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