El Valencia ha cambiado con Mateo Alemani al frente pero no ha cambiado tanto. Si el entrenador tiene que ir a Singapur a convencer o ilusionar al dueño para que se estire un poquito y se pueda comprar algún jugador cuyo fichaje peligra, quiere decir que Mateo es sustancialmente lo mismo que Amadeo Salvo, Rufete, García Pitarch o Prandelli. Y esto viene a significar que si mañana a Peter Lim le da la gana fichar o vender un jugador sin pedir permiso a nadie y lo que es peor, sin que el Valencia de Valencia sepa nada, lo hará, porque eso es lo que les pasó a Salvo, Rufete o García Pitarch, por decir algunos nombres. Ahora resulta que para fichar hay que vender y que como mucho se puede afrontar alguna operación no excesivamente cara siempre y cuando el entrenador sea capaz de convencer a Lim... ¡pues coño como el verano pasado! ¿Alguien cree que Pitarch era bobo y no quiso fichar a Diawara? Acertaría más o menos, no lo dudo, pero tenía las manos atadas a la hora de afrontar operaciones como las tienen ahora Alemany y Alexanko porque no hay dinero líquido.

¿Qué cambia de hace unos meses a ahora? Pues que Vidagany y su gente en el club tocaron arrebato para cargarse a Suso porque Suso consideraba que la política de comunicación no era la adecuada y pidió cambios drásticos, y todo explotó cuando el club decidió poner una valla en Paterna y en vez de proteger al Valencia, Damià y los suyos filtraron que era culpa de Alexanko y de García Pitarch y se protegieron a sí mismos. Y todo en las mismísimas narices de Layhoon y Murthy que no se enteraron de que pactaban con periodistas para machacar al director deportivo a cambio de tener algunos de los favores de los que disfrutan ahora, pero en esencia, el proyecto es el mismo; el Valencia está en el mercado mendigando futbolistas como si fuese un equipo pobre. ¿Significa esto que el equipo va a ser peor que el de la temporada pasada? Pues no. Al contrario, teniendo a Marcelino de entrenador, y si el club tiene la paciencia necesaria, muy mal se deberían dar las cosas como para no mejorar, pero una cosa es mejorar y otra estar a la altura de lo que espera la afición y de lo que es el club.

El año pasado hubo que convencer a Lim para que adelantara dinero para fichar a Nani y ahora es Marcelino quien lo intenta. Lim sigue siendo incontrolable, y Mateu Alemany debería preguntarse porqué el dueño no lo ha llamado a Singapur...

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