Se llama Carlos y de buena mañana me envió un mensaje: «Acabo de comprar el SUPER como cada día, eso de que se escuchan ofertas por Zaza e incluso por Gayà, ¿será una broma de mal gusto no?» me dice. No es que dude de la información, es que no sabe cómo reaccionar. Estuve meditando cómo explicarle en un mensaje de texto lo que en el periódico había explicado en muchas palabras y de repente di con la clave: «Si la temporada pasada vendieron a Paco Alcácer, ¿qué te hace pensar que esta si viene una buena oferta por Gayà o Zaza no los van a vender?». Me puso un emoticono de esos de tristeza y en ese momento me di cuenta de cuánto había detrás de esa cara redonda y amarilla que simula llorar. Hasta hace nada pensaba que Aderllan Santos era la vivificante caricatura de la gestión de Peter Lim al frente del Valencia, es decir, un jugador sin bagaje suficiente como para jugar en el Valencia, sin la capacidad ni aptitudes futbolísticas mínimas exigibles, y pagado a precio de oro. El emoticono de Carlos es la vivificante caricatura de lo que la gestión de Peter Lim está provocando entre los valencianistas. Al menos entre muchos de los valencianistas, que generalizar y hablar por todos lleva al error.

Con Mateo Alemani no ha cambiado nada, como García Pitarch hace un año, antes de fichar tiene que vender. Si es capaz de vender por el suficiente dinero a futbolistas como Negredo, Enzo, Alves o Parejo, no hará falta vender a Zaza o a Gayà. La ecuación es fácil. La temporada pasada no se pudieron vender y al final hubo que sacar el dinero vendiendo a Alcácer. No vendes a los que no quieres porque nadie te da lo que pides por ellos, pero como necesitas el dinero porque así lo manda Lim, al final tienes que vender a los que no quieres vender porque es por los únicos que puedes sacar el dinero que necesitas. No le demos más vueltas porque no las tiene.

Ahora Peter Lim se ha comprometido con Marcelino a que determinados jugadores no estarán cuando empiece la pretemporada y eso es cosa de Mateo Alemani que para algo lo puso el dueño, para que ejecute lo que él -y ahora él y Marcelino- decida. Y de la misma manera, tiene que vender los futbolistas que no quiere Marcelino, que para sacar dinero por Gayà, por Cancelo o por Zaza no hace falta tener un máster en dirección de clubes de fútbol. Eso lo sé hacer yo. ¡A currar! Si eso que le pida ayuda a De La Morena, a ver qué tal.

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