El Valencia dice a quienes le quieran escuchar que eso que Marcelino no quiso calificar de "revolución" y que prefirió llamarlo "muchos cambios" en la plantilla, quedará en cambios graduales este verano y que ya si acaso harán más cambios graduales en invierno y a lo mejor el verano que viene hacen algún cambio más, pero eso sí, se espera que con el nuevo entrenador al frente, estos futbolistas reaccionen, rindan mucho más y se revaloricen. Y ahí está la clave de todo, "se revaloricen", pero vamos a explicarlo poco a poco.

Ahora imaginemos que efectivamente, pasa el verano y los cambios en la plantilla lejos de ser revolucionarios y profundos, son someros y de chapa y pintura, y que Marcelino traga y acepta el reto y que encima logra que futbolistas por los que ahora nadie da un duro como Abdennour o Bakkali -por poner algunos ejemplos irreales y difíciles de imaginar-, hagan una temporada espectacular. Digamos que por obra y gracia de Marcelino Abdennour termina pareciéndose a Otamendi, Bakkali a Vicente Rodríguez.

Ya sé que es un ejercicio de imaginación excesivo pero recuerdo que he escrito el verbo ´parecer´ y recuerdo también que estamos hablando de una hipótesis y que para una más cómoda comprensión, optamos por poner ejemplos irreales y exagerados. Pues bien, ¿qué pasaría el verano que viene si eso fuese verdad? Si resulta que por esos jugadores que ahora no valen dinero llegaran ofertas millonarias, ¿Meriton los vendería o se los quedaría para seguir haciendo un equipo competitivo? La poca inteligencia que me queda a estas alturas de verano me dice que Meriton los vendería, pero en honor a la verdad no lo sé, el problema de Meriton es que la afición piensa firmemente que si Bakkali hiciera un temporadón y el Liverpool diera 40 millones de euros por él, Peter Lim daría la orden de venderlo sin pensárselo dos veces, y eso se puede traducir en que el valencianismo ya no confía en él.

Difícilmente suceda esto porque primero hay que transformar a Bakkali en Vicente, pero quiero hacer otra reflexión: esta idea la cacarea Anil Murthy entre los periodistas que le quieren escuchar, y no se da cuenta de que con ello contribuye a la sensación de que el Valencia es una fábrica de engorde de futbolistas de su jefe. Y todo, la semana en que los valencianistas han dado otra lección a Peter Lim renovando más de 21.000 pases... ¡Tócate las narices!

Más artículos de opinión de Carlos Bosch, aquí.