Si hace unos años me dicen que iba a escribir esto a poco de que comenzase la Liga, no lo creería, pero no lo puedo evitar, cambio de opinión y me gusta hacerlo. No soy de los que se empecina en su idea y trata de convencer al mundo de que tiene razón. Pues eso, que si hace unos años me dicen que la posible llegada de Peter Lim a Valencia antes de que empiece la Liga no solo me da igual si no que me pone de mala leche, no lo habría creído pero es lo que hay. Señor Lim, escribo esto con todo el respeto del mundo, pero sepa usted que me da igual si viene o no viene a Mestalla para ver jugar al Valencia CF en su debut liguero. En otras palabras, yo no le espero. Diré más, yo le esperaba a usted en Mestalla el pasado quince de enero. Ese día veníamos de empatar en Pamplona ante Osasuna que era el colista, que nos había marcado gol en el último minuto y visitaba Mestalla el Espanyol. Semanas atrás habían dimitido el entrenador y el director deportivo hartos de su manera de gestionar el club, el delegado era el entrenador y si no ganábamos el partido había peligro real de caer a puestos de descenso a segunda división. Con ese panorama, ese día la afición del Valencia se puso el mono de faena y apretó para que el equipo sumara los tres puntos consciente de lo delicada de la situación, pero usted no estaba señor Lim. Ese día el Valencia se jugaba la vida y usted no estaba. Y le diré más, la noche anterior me costó dormir porque me avergonzaba de haber apoyado de manera vehemente y entusiasta su llegada. Sí, no lo niego, me avergonzaba haberle apoyado y hasta tenía remordimientos. Soy así, vehemente para lo bueno y para lo malo.

Y sé perfectamente que usted no es culpable de que el Valencia tuviera que ser vendido en subasta pública por un problema económnico y societario que crearon otros que son muy valencianos, y que usted apostó de verdad en el proceso de venta y no con cromos del coyote o pagarés de ´ya te veré´, pero como le digo una ´co´ le digo la ´o´. Es más, creo que es perfectamente compatible aplaudirle en su momento y estar decepcionado ahora porque las dos cosas se las ha ganado a pulso señor Lim. Por otra parte, creáme que no es mi intención decirle a la gente qué ha de hacer si llega el partido y usted aparece en su palco, cada cual haga lo que considere, pero déjeme decirle que hasta que no lo vea en Mestalla no lo creeré, y que eso también se lo ha ganado usted a pulso.

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