Da igual lo que haga el Valencia sobre el césped de la Cueva de Alí Babá. El partido de hoy va más allá de lo meramente deportivo. Hoy nos enfrentamos a lo que tan acertadamente Vicente Bau bautizó hace años como el rodillo mediático madridista, que Guardiola dijo Central Lechera y Laporta La Caverna y que yo resumo en ´nacionalmadridismo´. Del partido ya he manifestado días atrás mi absoluta convicción de que el Valencia de Marcelino va a plantar la bandera, por ello hoy escribo del qué dirán. Prepárense para un domingo de mentiras y manipulaciones. Hoy nos enfrentamos al Marca, que el día en que el Guaje Villa regresa a la selección española, dicen que vuelve el mejor 9 de la Roja. Sí, han leído bien, el 9 y no el 7. Lo que sea con tal de que no se enfade Raúl, el flamante fichaje del Tito Floren para el Real Meseta.

Nos enfrentamos a aquellos que, rabiosos por el regreso de Villa a la Roja piden también el regreso de Casillas, a los que por la misma jugada Neymar ha pasado de ser un provocador a ser un gran jugador, a los que aplaudieron hasta sangrar el fichaje de Bale y ahora alaban que Florentino no se gaste un dineral en fichajes para preservar el ´ecosistema del vestuario´, a los que ahora piden que a la UEFA, a la FIFA, a la NASA, a Donald Trump, a la República de Star Wars y al Señor de los Anillos, que controle el despilfarro económico del Paris Saint Germain porque no puede ser que llegue un tipo con mucho dinero y fiche los jugadores que le salga de la nariz, que eso solo lo puede hacer Florentino el Ser Superior. Los que no se atreven a decir que Cristiano ha pedido un aumento de sueldo para que el Real Meseta le pague la multa de Hacienda, los que nos acusan de llorones pero inventaron el Villarato y se quejan de que sancionen a Cristiano por empujar a un árbitro. Pues bien, esos, hoy les vamos a ganar. Y a los que solo hablan del Valencia poco, mal y tarde. A todos. Pero aunque no lo crean, la victoria más importante del Valencia de Marcelino no será ganarle al Real Meseta y al árbitro de turno. O empatar. La victoria más importante que puede conseguir esta noche el Valencia de Marcelino no se puede calibrar con goles ni con puntos.

Hoy el Valencia tiene la oportunidad de, más allá del resultado, decirle a sus aficionados que de verdad esto ha cambiado, o al menos lo del césped, y que con toda la humildad del mundo, peleará esta temporada por devolver al Valencia donde le corresponde. Esa es la verdadera victoria de hoy.

Más artículos de opinión de Carlos Bosch, aquí.