Ahora que ya no ejerce muchos lo ponen como ejemplo de periodista a imitar y vaya por delante que lo último que quiero es ser como era él. Habrá quien me diga ingenuo y que no le llego a la suela del zapato pero cada uno ve las cosas de una manera y yo soy de los que piensa que para ser buen periodista hay que ser buena persona y que no es buen periodista aquel que obtiene la información mediante el chantaje y la amenaza, y como eso es lo que hacía José María García, digo abiertamente que lo último que quiero es parecerme a él.

Pero que no quiera parecerme a él no significa que cera que dice bobadas, al contrario, creo a pies juntillas a José María García cuando dice que Florentino intentó comprarle y cuando dice que José María Aznar, siendo presidente del gobierno de España, le dijo que ayudara al Real Madrid con el asunto de la venta de las torres del Bernabéu, operación inmobiliaria que sirvió para darle viabilidad económica al club blanco en un momento muy delicado desde el punto de vista financiero. Y claro, uno escucha que Florentino ofrece dinero a un periodista importante para que mire para otro lado y que logra influir en los contenidos de los informativos de Antena 3, y claro se muere de la risa cuando bufones como Roncero o el de la foto de Mou claman al cielo porque el estamento arbitral está contra el Real Meseta. Y te tienes que reír con la portada del Marca -ese periódico que el pasado domingo no puso ni una sola línea en su portada sobre la victoria del Valencia ante el Alavés- clamando por un fuera de juego que si es, lo es por 16 centímetros según la cátedra periodística que imparten en El Chiringuito de Pedrerol. Y ya ni te cuento cuando el director del Diario As se tira la manta ´al coll´ y se pone a divagar sobre el Villarato que no es más que un intento en demostrar científicamente que los árbitros van contra el Real Meseta.

¿Se puede ser más cínico? Se preguntarán por qué escribo esto estando el Valencia segundo en la tabla y lo hago porque los veo venir. No seré tan borrego de decir que el Valencia vaya a ganar la Liga por más que no dejo de pensar en ello, pero la realidad es que se ha colado entre los dos y se ha convertido por méritos propios en rival. Pues bien, no hace falta que les recuerde qué pasa cuando un equipo se convierte en alternativa. El nacionalmadridismo ha empezado a sacar la patita en señal inequívoca de que el Valencia está de vuelta. Que traguen.

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