Un amigo me llama indignado por el jaleo que se está montando en torno a la figura de Pablo Longoria: «Carlos, me da igual cómo se llama y qué cargo le van a dar, si es bueno, que venga al Valencia. Yo lo que quiero es que no vuelvan a pagar ocho o nueve millones por un jugador como Aderllan Santos...». Yo no habría podido explicarlo mejor, pero sí hay alguien que en las páginas de este periódico lo explica mejor, se llama Javier Ribalta y es el jefe de ojeadores del Manchester United. «El Valencia ha fichado una persona que conoce perfectamente el mercado y que sabe qué tipo de futbolistas le gustan y necesita su entrenador», dice Ribalta de Longoria. Si alguien puede contradecir esa opinión con argumentos futbolísticos y no con gustos o intereses personales, estaré encantado de escucharle, pero hasta que se demuestre lo contrario, creo que el Valencia ha hecho un movimiento interesante.

Lo de Zaza no es manía

Desde el punto de vista futbolístico, tengo claro que Zaza se adapta poco, por no decir nada, a cómo le gusta el fútbol a Marcelino. Al entrenador del Valencia le gusta la transición rápida de defensa a ataque y para ello, necesita delanteros veloces, que galopen y corran, y a lo sumo, segundos delanteros que sean capaces de filtrar el pase entre líneas al espacio, y alguna que otra vez al pie. Y ahí, el fútbol de boxeador y francotirador que practica Zaza -dicho con respeto porque además es mi delantero favorito- encaja poco. ¿Le tiene manía Marcelino a Zaza? Pues claro que no, sucede que Mina ahora está mejor y contra eso no hay debate posible. Marcelino está obligado a premiar a quien está mejor, y el día que no haga eso, tendrá un problema porque perderá el control del vestuario. Al respecto, soy de los que piensa que al margen de la táctica -que lógicamente es importante pero en el fondo todos los entrenadores saben lo suficiente a no ser que hayas tocado en los Rolling Stone-, lo más importante de un equipo de fútbol es la gestión del vestuario, y hoy en día, todos los futbolistas del Valencia saben que Santi Mina se merece ser titular, y no hay más que ver las imágenes de Santi Mina cuando terminó el partido ante la Real Sociedad: los compañeros fueron a felicitarle y el primero Simone Zaza. Lo que intento decir es que mientras Marcelino ponga al que lo merece, tendrá credibilidad para exigir cada día a sus futbolistas. Y la exigencia siempre es bienvenida.

Más opiniones de Carlos Bosch.