El Valencia que se empató contra el Barcelona, fue sentido común adaptado a las circunstancias, lógica aplicada al fútbol. El trabajo de Voro y Phil Neville en esta semana ha estado destinado a reforzar la autoestima de un grupo colapsado por la tensión y los malos resultados. Por encima de la táctica, el objetivo ha sido romper con la dinámica incoherente y sombría. Cambio de chip, confianza, soluciones sencillas y fútbol asistido por la naturalidad. «Salir a jugar como sabéis», ese fue el mensaje del cuerpo técnico. No hizo falta mucho más. Liberados de cargas del pasado y sin nada que perder, el equipo volvió a ser un equipo.

Entre esos remedios sin colorantes, estuvo el regreso de Dani Parejo. Un acierto. Sin Fuego, Enzo pudo aparecer en esa situación, como en tantas ocasiones con Nuno, pero Voro apostó por recuperar al ´10´ en la posición de ´6´ y desde ahí empezaron a mejorar mecanismos claves para entender el buen tono del Valencia.

La vía Parejo como hombre bisagra no es una cuestión sin peso. Ante un equipo que presiona arriba y con firmeza, Dani fue una solución apropiada: criterio en la construcción, juego a uno o dos toques, seguridad con balón y sacrificio defensivo. Fútbol y despliegue. Ahí están las estadísticas: número uno en tackles (cinco) del partido, el mejor en regates del Valencia, el más destacado en balones recuperados (siete, junto a Danilo y Mina), participación en pases correcta (segundo, después de De Paul) y tercero en kilómetros recorridos, después de Danilo y Jordi Alba. No fue correr más, fue correr en una dirección clara y por un objetivo.

Mezcla natural, solución clara

Parejo recuperó la posición con la que comenzó a hacerse imprescindible en el Valencia de la mano de Ernesto Valverde. La posición está relacionada con su mejor rendimiento y por extensión con el del equipo. Como organizador está más sujeto y no explota su llegada al área, pero el bloque da un salto en la gestión del balón. Atrás se hace importante, brilla y surge el Parejo difícil de discutir. Desde esa etapa con el Txingurri, no se recuerda a Dani como pivote único por delante de la defensa, con Tino Costa y Banega.

Ante el Barça, Enzo Pérez y Danilo le asistieron desde los interiores. El brasileño y el argentino rindieron de notable alto, porque actuaron en zonas mucho más adecuadas para su juego y así rondaron -sobre todo Enzo- su mejor versión. No hay nada casual. El acierto de los técnicos fue no forzar soluciones, salvo Rúben Vezo en el lateral derecho por las bajas, todos pudieron jugar en su sitio o cerca. Gary Neville ya tiene un punto de partida. El encuentro confirmó que el equilibrio tiene formas muy distintas. Atendiendo a la selección inglesa de Hodgson (que es la de Gary Neville) y por el corte de sus pivotes -Shelvey (sobre todo), Wilshere, Milner- puede que Parejo tenga continuidad más cerca de los fogones. Esa una referencia. Incluso, es viable recuperar la estructura de los dos medio centros.