El fútbol actúa como bálsamo anti crisis pero además, en el caso del Valencia CF, alivia la carga negativa del tijeretazo. Ya tarda De Guindos en pedirle la receta a Llorente porque en este club no se han producido los efectos adversos de lo que los economistas denominan el ´multiplicador keynesiano´. O lo que es lo mismo, que cada punto que se racanea el estipendio a un empleado acaba constituyéndose en otro recorte para otro asalariado, quien también reducirá fraccionalmente su consumo y así sucesivamente. El resultado es la recesión. Sin embargo el Valencia CF, paradigma del recorte y la venta de activos, sigue tercero en la competición doméstica. Sufriendo, pero tercero. ¡Ay si a este equipo alguien fuera capaz de insuflarle más compromiso, intensidad, anticipación y orgullo!

La Copa, un alivio

Lo cierto es que la Copa le ha dado una alegría al valencianismo que ha superado el rubicón del Pizjuán ante un equipo extraparlamentario como el Sevilla: siempre bordeando la ley. Pero no es menos cierto que la Diosa fortuna, San Diego Alves y Roberto Soldado —en estado de gracia y eclipsando a Álvaro Negredo, Fernando Llorente y el fracasado Fernando Torres— fueron los artífices del éxito. Ellos y Albelda, el único con el carácter suficiente para regañar a sus mollares compañeros o atajar las licencias de los contrarios.

La columna vertebral

De eso anda cojo el VCF. De carisma, experiencia y personalidad. De carácter y habilidad para gestionar los tiempos en los partidos comprometidos. Se precisan más futbolistas con mando en plaza. Por mucha misa cantada que se entone desde el banquillo, se evidenció un exceso de sufrimiento ante el Sevilla, un club colapsado hasta en los despachos. La asfixia de Banega —notable el argentino hasta sus periódicos momentos de desfallecimiento— es todo un síntoma de los males de este equipo que confía su presente a la inspiración episódica del argentino De Parejo mejor no hablar, cansado desde que se desenfundó el chándal. Lo que hace falta es un mediocentro de fiabilidad germánica sobre el que construir el juego. Y ya que estamos, indispensable es también que Del Bosque, que si sigue espiando a Soldado se le va a poner cara de Smiley, se caiga del guindo de una vez con Roberto.

El portero

Y ojito que al VCF le espera el Levante: palabras mayores. Nuevo choque de dentro de las cruces del término. Que no esperen los de Emery un comité de bienvenida de los Ballesteros y compañía. Es, de nuevo, partido para astutos y peloteros con galones. Sangre, sudor y lágrimas aguardan al grupo de Unai. La política de abonos del VCF demuestra como se toma el club el duelo, al que llega con crisis de porteros. El guardameta es, como el central o el mediocentro, figura que ha ganado puntos con el fútbol moderno. Hoy nos fijamos más en posiciones antaño alejadas de los focos pero tan fundamentales como siempre. Con el tiempo el cancerbero ha obtenido mayor visibilidad gracias a grandes nombres o a arqueros ´gradistas´, más o menos pintureros. No cabe duda de que el equipo va bien servido con Alves o Guaita. Pero las circunstancias —el expediente X de la lesión del de Torrent— han provocado que la carencia de un tercer meta pudiera adquirir tintes dramáticos. ¿Por qué no hay un tercer portero en la plantilla? ¿Por qué los del filial no ofrecen garantías? ¿Quien fichó y por qué a Cristiano Pereira? ¿Por qué no se quedó César? A toro pasado es más fácil plantear determinadas cuestiones pero muchos podemos decir aquello de ´ya lo decía yo´. Con el juego que daba siempre el de Coria caramba.