El Valencia no está para todo, para dar la talla en tres competiciones al mismo tiempo. Quien tuviera dudas, seguramente las despejó ante la Real: si la gente quiere que su equipo llegue a la final de Copa, o que lo intente, tiene que asumir costes como la derrota del sábado, sobre todo teniendo la tercera plaza en Liga tan cómoda. El desgaste de la plantilla, en un torneo en el que debes medirte consecutivamente a Sevilla, Levante y Madrid o Barça es muy grande; y los seis cambios que hizo Emery en la alineación, obligatorios.

Arranque prometedor

El caso es que se empezó bien. Intentando jugar desde atrás, con criterio. En ese sentido, recuerdo una jugada en el minuto 9, en la que la Real presionó arriba y, aun así, el Valencia acabó sacando la pelota con velocidad, con varios jugadores combinando y creando una ocasión. Parecía que iba a ser una noche cómoda, con el rival tocado por la goleada copera, pero el paso de los minutos demostró que no.

Demasiados nervios

Sin hacer nada, la Real se adueñó del centro del campo. Y eso generó nervios en la grada, aunque seguramente excesivos. A estas alturas, todos deberíamos tener asumido que el Valencia sufre sin su equipo titular. Otra cosa es que los teóricos suplentes no aprovecharan su oportunidad, influidos también por esa desazón generalizada.

Pequeños detalles

La derrota llegó por la suma de pequeños detalles que otras veces habían sido favorables para los de Emery. Primero, el 0-1 se produjo en una carambola, con un rechace, un rebote y Alves adelantado. Segundo, que la propuesta de la Real enfrió el partido, no ayudó a que el Valencia se metiera en el partido: no pegó patadas, no creó casi ocasiones y sólo Griezmann ofreció detalles interesantes. Y tercero, fue el rival el que marcó primero entre tantos errores; al contrario, seguramente se hubiera ganado fácil.

La ´alternativa Rami´

Adelantar a un central y colgar balones es una opción posible, como ocurría con Alexanco en el Barça en mi época. Eso sí, sólo en los últimos minutos y si otras alternativas no funcionan, como ocurrió el sábado. En ese caso, eso sí, los que rodean al Rami de turno deben estar avispados para cazar los rechaces.