La elección del Emirato de Qatar para la celebración de la Copa del Mundo de 2022 fue recibida con expectación en un primer lugar, ya que sería el primer país musulmán que lo albergaría, pero enseguida se abrieron distintos frentes. El primero de ello fue el del método de elección y las distintas valoraciones que los métodos de obtener votos merecieron. Desde compra de ellos hasta intercambio o simplemente razones políticas y deportivas del Sr. Blatter para obtener votos de un continente que, hasta ese momento, le era algo esquivo por su enemistad con el competidor Bin Hamman. El segundo, y más importante desde el punto de vista deportivo, fueron las voces que, como las federaciones alemanes e inglesas, se alzaron contra lo que parecía que nadie se hubiera dado cuenta: la Copa del Mundo se celebra en junio y julio y sin entrar en el tan cacareado ´calentamiento global´ que nos acecha, desde ya se puede decir que en 2022 Qatar, con o sin ese calentamiento, tendrá unas temperaturas ahogantes para los futbolistas. Se habla de una media de entre 35 y 40 grados centígrados, y eso como mínimo, ya que podría haber picos de mayor calor.

Las ligas europeas, englobadas en la EPFL y los clubes en la ECA se han unido a las voces que preconizan, desde la UEFA con su Presidente Platini a la cabeza, en que es una aberración que se dispute el Mundial en Qatar.

Pasado el plazo en el que se pretendía que el Emirato devolviera su designación y que se le diera a otro candidato (¿Portugal/España?), pero que no tuvo mucho seguimiento ni se intentó por fuerza por quienes podían hacerlo, como la RFEF, todo se centró en que, si había que ir al desierto qatarí a jugar, que no fuera en esa época del año que haría peligrar la integridad física a los jugadores y€ a los espectadores incluso.

Qatar dio una respuesta inicial por la que abría la puerta a que los estadios estarían refrigerados y que no se sentiría, por lo tanto, el calor. El coste de la instalación del aire acondicionado no parecía ni parece un punto de relevancia, ya que el dinero es lo que sobra en el Emirato, pero cual sería el efecto en el juego y en los futbolistas, ¿tendríamos resfriados en pleno verano qatarí? Esto, que puede parecer una broma, sería factible ya que no todos los organismos están preparados para jugar al máximo nivel deportivo, sudando y, al tiempo, recibiendo un fresquito. Además, ¿a qué temperatura se debería jugar? Quizá los alemanes tendrían necesidad de jugar a 20 grados y los italianos a 23.

Mundial en invierno

Esta idea, que fue la primera y parecía desechada, ha vuelto a cobrar fuerza en las últimas semanas, aunque se está abriendo una clara intención de que se juegue en el invierno del hemisferio norte. Parece que Qatar, en diciembre, enero y febrero, tiene una temperatura que podría ser aceptable (como en Brasil 2014) de entre 23 y 28 grados. Se ha incluso dado órdenes por FIFA de buscar una fechas que fueran admisibles por todas las federaciones, jugadores, clubes y ligas.

Se le dio carta blanca al antiguo presidente de la Federación de Fútbol Chilena, el Sr. Harold Mayne-Nicholls, para que buscara esa solución. Su propuesta inicial ha sido dada esta misma semana y es la de disputar el Mundial en diciembre 2021, enero y febrero de 2022. Se comenzaría el 19 de diciembre de 2021, con tres semanas de preparación para las selecciones y luego la Copa propiamente dicha se celebraría entre el 6 de enero y el 6 de febrero de 2022. Las Ligas acabarían a mitad de junio, es decir un mes más tarde que lo habitual, no siendo la Final de la Champions League el último partido de la temporada como suele ser habitual en los últimos años.

Mayne-Nicholls sostiene que los alemanes y otros países europeos suspenden, por el frío, sus competiciones en enero y que, por ello, no sería un perjuicio deportivo ni económico. Los ingleses, sin embargo, con su célebre Boxing Day, del que ya hablé en un anterior artículo, tienen en diciembre un mes famoso por unir a las familias en los campos de fútbol, aprovechando las vacaciones de Navidad de los niños y jóvenes. Ahí no se ha aceptado con tanta facilidad como el chileno pretende.

Pero, además, existen otros motivos que ponen en duda la validez de esa propuesta, ya que desde el punto de vista de la preparación física, los equipos se preparan para estar a tope para el final de temporada. ¿Qué ocurrirá con los internacionales que deberán hacer otra mini pretemporada en diciembre, dar el máximo en enero y volver luego a jugar en sus ligas a partir del 13 de febrero que se propone? ¿Estarán realmente preparados para ello y no se verán sus clubes perjudicados por esa Copa del Mundo en mitad de la temporada?

Estas cuestiones deberán ser debatidas ya que también se pretende comenzar las ligas el 8 de agosto, lo que es habitual en muchos países nórdicos pero no en los del Sur de Europa, con un calor que haría jugar en horario nocturno.

Error monumental

En definitiva, el error monumental que supuso la elección de Qatar, que ha sido reconocido por el propio Presidente de FIFA, aunque tarde y sin solución de cambio, va a ser un quebradero de cabeza. Mi intuición me dice que será en invierno, aunque nunca se sabe y quizá se haga con aire acondicionado en junio. De todos modos, si se elige uno u otro momento del año, parece que pasaremos algo de fresquito en Qatar€