Una de las consecuencias del cambio climático es que ya no existen las estaciones intermedias: el otoño dura dos días, la primavera no llega, y por tanto la sangre no se altera: ni los pajaritos cantaron ni las nubes se levantaron en abril. Y ahora los árboles dudan y ya no saben si mudar las hojas o explotar la flor. Pasamos del frío apabullante al calor sofocante en tiempo récord. Seguimos a veintiocho grados por las noches y no sabemos si llevar chaqueta o ponernos el bañador. La gente opta por abrigarse, para que no le señalen a uno como si estuviera loco. Vas en el autobús con jersey y calcetines gordos. Pero hace calor. Y sudas. Y a alguno le canta el ala, porque va demasiado abrigado. Y te relajas: cervecitas, charlas, el trabajo no cunde. Estamos llegando a noviembre, y no aceptamos que el otoño también existe, como Teruel. No ha comparecido el frío, no existen estaciones intermedias en Valencia... ¡ni en el Valencia CF! Pasamos del calor al frío sin saber por qué: buenas sensaciones, malas vibracione... y el discurso cuando se tuerce la imagen es un lamento mancomunado: hay que encontrar la tecla, podemos hacerlo mejor, la responsabilidad es de todos...La realidad es que el curso ha empezado, los exámenes están en marcha cada semana y, aunque aún no ha refrescado, mirad que los días son más cortos, las noches más largas, y como nos descuidemos mientras unos decidan el campeón de invierno nosotros aún no sabremos si vamos o venimos, si metemos cinco o nos meten tres.

No es para viejos

La terreta es un rincón privilegiado en el mundo, con prácticamente nueve meses de primavera. Pero ahí fuera ya hace frío. Ahí fuera van como motos. Ahí fuera ya saben a qué juegan. Ahí fuera tienen hambre. Vivimos tiempos convulsos que afectan a todas las esferas de la vida: la economía, la política, la cultura. No es país para viejos „ni para parados, ni para hipotecados„. El amor se hacina en pisos de treinta y cinco metros cuadrados, la gente no llega al fin de mes, qué digo: ¡ni al fin de semana! y todos aprietan porque no hay sopa suficiente. El Valencia CF tiene muchos problemas económicos, lo sabemos. La cosa está mortimer. Por eso, sólo hay dos maneras de aprobar el curso: con regularidad o pegándote la panzada en mayo a base de sobreesfuerzos y noches en vela. Y estamos haciendo el canelo, porque pasamos de la pena de la Real a la alegría de St. Galle en un plis plas. Es muy romántico querer hacer probaturas todavía...pero en las guerras, los primeros que mueren son los románticos. Eso tocaba en agosto. Ahora toca regularidad.

Mientras, a 64 kms€

...el Villarreal CF constituye la antítesis del Valencia CF en estos momentos, al menos en espíritu, y este finde chocamos. Saben de qué van: tienen un proyecto con mimbres, no se ponen nerviosos. Tras los días de gloria las pasaron canutas y saben de dónde vienen y a dónde no quieren volver. Es un equipo ejemplar y, aunque sus premisas difieren, lo cierto es que saben lo que quieren, y van a disputar un puesto por Champions hasta el final, pese a que su objetivo sea a priori otro. Es un club cada vez más ´premier league´ en estilo, en diseño, en detalles ¡y en cantera! Le da al aficionado lo que quiere ver con jugadores megamotivados: Cani, Bruno, Giovani, Trigueros, Mussacchio...Quizá juega en su contra cierta inexperiencia en la élite de algunos, por lo que para ellos este partido es un test serio. Pero, en cuanto al clima, el Valencia CF vive días de otoño y en Villarreal es primavera. Parece mentira, con lo cerquita que están. El partido será el termómetro.

Pabón molará mogollón

(si juega en su posición)

Ahí no rinde. Lo saben todos, hasta los rivales. Y malo no es: si ves sus goles en Internet te quedas macaco. Hay uno que le casca al Peñarol de falta directa con el Atlético Nacional en la Libertadores 2012 que no lo firma ni Kubala en la Playstation. De momento le toca bregar, hacer un curro deslucido; él es gacela de espacios abiertos y por ahora tiene menos huecos que la playa de Gandia en hora punta. Ojo: esto de no jugar en tu sitio es algo que en el fútbol te puede pasar. Recordemos a Angulo, futbolista admirado y vilipendiado a partes iguales cuando jugaba. La gente se ponía nerviosa a veces. Es un ejemplo a seguir para aquellos jugadores que no juegan donde les gustaría. A Pabón habría que hablarle de él „y de muchos otros„. Angulo: delantero de vocación y lateral de profesión. En realidad daba igual de qué jugara, salía airoso. Vale, no siempre triunfante. Pero jugó con todos los entrenadores. Por algo será. Era un atleta, un superdotado. Y cuando pudo irse al Arsenal o al City, se quedó, por dinero o por canguelo. O por sentiment. ¡O por las tres cosas! O por ninguna. Me da igual. Cumplió. Su palmarés es espectacular. Si lo veo por la calle, le abrazo. Me he emocionao. Snif.