Florentino Pérez debería pensarse lo de hacer el curso de entrenador. Para legalizar una situación de hecho y consecuentemente por eso de evitar la falta de entendimiento existente ahora mismo entre la presidencia y el técnico. Ancelotti es otro entrenador caído en desgracia en el Real Madrid, una vez que el presidente está claramente decepcionado con su trabajo porque entiende que no tiene el suficiente compromiso y sintonía para llevar a cabo sus planes.

A Carlo Ancelotti se le ve desbordado esta temporada. Superado por los acontecimientos, sea con Ángel Di María o con Xabi Alonso, cuyas marchas o sus motivos siempre le cogieron a contrapié, o por lo menos así se manifestó de manera pública. Con los cambios que ha habido en la plantilla el técnico vuelve a partir de cero después de tener el equipo prácticamente armado. Al italiano lo salvaron los éxitos cosechados la pasada temporada, o mejor dicho el triunfo en la Liga de Campeones porque una derrota en la final, máxime con el pobre juego que estaba haciendo ante el Atlético, le condenaba a la destitución.

El presidente del Madrid ya estaba con la mosca detrás de la oreja con el técnico transalpino porque no había dado demasiada cancha a dos de sus fichajes, Illarramendi e Isco; dicho sea de paso, con toda la razón, porque es evidente que ambos no estaban todavía preparados para hacer el trabajo tan exigente que demanda el Real Madrid, y si no compárese su rendimiento con el de los que jugaron en sus posiciones, Xabi Alonso y Ángel Di María. Pero Pérez ya había hecho su composición de que con estos dos jugadores acabaría con el juego de contragolpe, por muy letal que fuese, que caracterizó la época de José Mourinho como responsable técnico, para dar paso a los "jugones" y al fútbol de combinación con el que estaba convencido de que la afición del Bernabeu disfrutaría.

Superada en principio la cuestión de los dos fichajes nacionales, a la vista de su rendimiento, el presidente del Madrid cambia este año de protagonistas y apuesta por Kroos y James. El alemán está lejos de ser un Xabi Alonso por lo que a trabajo defensivo se refiere y el colombiano de parecerse a alguien en esta plantilla es a Isco, con lo que tampoco anda sobrado de capacidad de pelea para ayudar cuando el Madrid tiene que aplicarse en recuperación de balón.

Con la vitola de triunfadores en el Mundial, como Keylor Navas, Florentino Pérez piensa que tiene un equipo fantástico cuando en realidad lo que tiene son jugadores excelentes, pero lejos de poder armar un conjunto equilibrado. Más bien todo lo contrario. Este Madrid al menos por el momento es un equipo partido por el medio, véase los choques con el Atlético de Madrid, de Supercopa, y el de la Real Sociedad. Su ataque es demoledor, aún faltándole Cristiano Ronaldo, pero su trabajo defensivo es muy pobre, sin delanteros que defiendan pero tampoco los mediapuntas, que además los hay por toneladas.

La temporada pasada Di María salvó la papeleta, en lo que fue el gran hallazgo de Ancelotti, y también estaba Xabi Alonso. Ancelotti tiene ante sí un enorme desafío. Para empezar a superarlo quizá le vendría bien empezar por poner a su lado en el banquillo a Florentino Pérez.