A ver, que no fue para tanto. Había catorce mil almas en la presentación. Normal, era un bombazo de fichaje. Nuno lo había anunciado con una media sonrisa significativa el día del Málaga como si fuera un ´acontecimiento histórico para el planeta´, como Leire Pajín definió al encuentro entre Zapatero y Obama cuando éramos felices, comíamos perdices con cava y este país era todo ladrillo y jauja. Y claro, nos emocionamos y fuimos a jalear a Mestalla al crack mundial una vez fichado. Que, a ver, yo pensaba que se referían a un Schweinsteiger -ya lo he mentado tres veces en esta sección- o a Falcao, o si me apuras a Del Piero pasado y lento, pero bueno, Negredo es Negredo, qué se yo, al venir del Manchester City parece que es más crack que si viniera del Sevilla directo. Y bueno, el personal se calentó y le pidió que besara el escudo. Y no lo hizo. Y, en fin, alguien empezó el cántico, y una cosa llevó a la otra, y un sector acabó cantando las cuarenta al Sevilla, y Negredo tragó saliva, Salvo puso cara de póker y el speaker estuvo ágil y nos recomendó dejar hablar al chiquillo€ y luego los medios nacionales nos han sacado de contexto. Este es el resumen, Señoría, y por todo ello solicito la absolución de la afición.

Si lo veo no me lo creo

Y es que cuando uno ficha por un club debe estar preparado para que la afición le pida besar el escudo, e incluso aún diría más, si no lo va a hacer, debe buscar una justificación previa a la demanda, para evitar jardines como el que tuvimos el desagrado de vivir. Pero el caso es que Negredo al final vino a decir que cuando haga cosas importantes y marque goles lo besará. Es decir, en el fragor del momento, con la emoción a flor de piel, probablemente nadie podrá dudar que tenga sentido si lo hace, y ningún espectador no valencianista podrá criticarle. Pero así, en frío, recién llegado, con la camiseta fresquita y sin sudar, pues qué quieres que te diga, le daba cosita a él, y si yo lo hubiera visto habría pensado: ´No me lo creo del todo´. A Isco le pasó lo mismo en el Real Madrid, se negó a besarlo...y cualquier aficionado merengue (y antimerengue) denuncia a día de hoy la injusticia que sufre el chico y defiende la titularidad del chaval. Lo que pasa es que Negredo no tenía un hermano que le sustituyera en el acto del besa escudo. Así que, en resumen, creo que hizo lo correcto. No hay que hacer cosas en caliente si estás frío, porque besar el escudo que jamás te planteaste llegar a vestir en tu corazón a pelo... es de tener poca personalidad.

Alcácer Selección

Mientras tanto, Alcácer vivía el idilio con la convocatoria de Del Bosque como si fuera la última oportunidad de su vida. Muy loable, pero me atrevo a asegurar que es la primera de muchas más, porque el chaval está en un momento estratosférico y Del Bosque puede parecer que se hace el despistado, pero de tonto no tiene ni un pelo. Es verdad que el seleccionador está algo cargante con su discurso de sentirse ´imprescindible´ como forma de defensa de su continuidad, pero la revolución silenciosa que está llevando a cabo es evidente. Alcácer debutó en el minuto sesenta y siete y casi marca en el ochenta y cinco. Eso sí, la prensa del epicentro sólo hablaba de que Carvajal, San José y Raúl García debutaban con la Roja, como si el nuestro no existiera. Y ahora que Diego Costa se ha lesionado se menciona a Munir, que le ha dado calabazas a Marruecos -tonto el chiquito no es- pero nadie menciona a Paquito. Es nuestro sino, como valencianistas pero también como ciudadanos de este país. Si en vez de Paquito Alcácer se llamara Frank Alkasserwensitig ya nos lo habría birlado Florentino. Siempre hemos babeado por lo de fuera y denostado lo oriundo de la península.

Nuevas caras

Pero si hay un jugador que pienso que va a crear auténtica admiración es Filipe Augusto. He visto algunos vídeos del chaval en el Río Ave y tiene una zurda magistral. Mueve al equipo con soltura, combinando labores de stopper y creativas como si fuera un dos en uno. No estamos acostumbrados a tamaña clase desde los tiempos de Aimar, y eso que éste último para mí estuvo sobrevalorado, yo lo definía como el eterno ´uy´. Su técnica era exquisita, un regate suyo valía la entrada, pero nunca era decisivo. Esperemos que el brasileño responda a las sensaciones que intuyo puede generar, porque de ser así nos encontraríamos con ese individuo que saca petróleo, que da el pase en profundidad que tanto hemos añorado en este equipo históricamente. Yo sólo pido un once referencial, algo memorizable, un grupo identificable. Pero ahora mismo, en plena vorágine de caras nuevas, con tantos nombres sobre la mesa, tengo uno señalado con el dedo como el que va a vender más camisetas. Al tiempo.