Creo que leer en estas páginas que Unai Emery opta al premio... ¡al mejor entrenador del mundo! ha acabado por desbaratar tu ya destartalada mente. Tan habitualmente dado al entusiasmo y ahora te pones crítico y quisquilloso. Entiendo que ha sido por lo de Unai. Si es así, coincides con mi amigo Emilio, que está preparando una fiesta en su restaurante El Clot, en Aldaia, por si la FIFA le da el galardón a tu entrenador favorito que también es el suyo. Un abrazo Emilio, pero creo que ganará Jorge Sampaoli.

La mejoría es evidente. El malalt millora. Lo apreciaste en la primera parte de Lyon, lo viste en la primera mitad ante el Málaga y lo constataste en el primer acto con el Gent. De esos tres rivales, el más flojete fue el Málaga, con bajas importantes y parcheado por Javi Gracia como pudo. El Lyon me pareció un equipo digno de Champions y el Gent me sorprendió. De salida no esperaba ese nivel en el campeón de la Jupiler League -por cierto, esa birra está buena- pero está lejos de ser la tierna cenicienta del grupo a la que dejamos de respetar, yo el primero, desde el día del sorteo. Está claro que en el grupo no mora ningún rival temible y que estos aparecerán en la ronda de octavos pero eso también lo sabemos desde agosto. Ahora mismo el equipo, probablemente, no esté preparado para competir con camisetas de prestigio como lo estaba la temporada anterior. El domingo lo sabremos. Será la prueba del algodón. Allí en el Calderón, con todos los indios en pie de guerra y Simeone braceando. Aunque es mejor enfrentarte al Atleti después de dos victorias y en dinámica, como diría Unai utilizando su verbo favorito, de crecimiento.

Hay una expresión muy de moda en política que cada vez detesto más. La de los brotes verdes. Esa con la que nos engañan desde hace un par de años respecto a que la economía mejora y blablablá. Aquí es real. Yo la aprecio. La mejoría es de movilidad, es de ritmo, es de intensidad y es de profundidad. Y en todas esas cuestiones aparece André Gomes. Ahora te subirás a ese carro pero la temporada pasada ya te lo expliqué. Está a un nivel bárbaro. De candidato a Balón de Oro en unas temporadas. Le veo cosas de Zidane. ¿Puede un solo jugador cambiar a todo un equipo? André, sí. Pero hay más. Cancelo y Gayà aportan velocidad y profundidad. Y centros que hacen pupa. Y mezclan bien con Feghouli y con el jugón Santi Mina, un tipo que se empeña en despejar un balón colgado al área de chilena. Detrás hay portero y pareja estable de centrales a la espera de que vuelva Abdennour. Si Parejo y Fuego rindieran al nivel de la temporada pasada y Paco recuperara efectividad, todo cambiaría. Aunque el reto es ser estable 90 minutos. No sólo los 45 iniciales. Eso en el Calderón huele a azufre.