Originalidad no te falta. Tienes toda la del mundo. ¿De qué toca escribir hoy? ¿Si el equipo aprueba o suspende en 2015? Ah, claro, que se acaba el año. Luego querrás hablar de lo que le pides al año nuevo para el Valencia CF. Me quedo sin palabras. Ideas nuevas. Todo sorprendente, insólito. ¡Bravo Manolo!

Apenas voy a mirar atrás. Lo lamento. El fútbol no tiene memoria o la tiene corta. Manda el presente si el pasado inmediato, como es el caso, tampoco es maravilloso. Cuesta rebobinar porque lo que encuentras es aburrido y descorazonador, y no puedes alardear de grandes gestas pasadas.

Hoy, cuando estamos a un paso de que se cierre el curso y es tiempo para los resúmenes anuales y tal, es complicado que no lo invada todo el poso de malestar que está dejando esta campaña. En fútbol los resúmenes deben ser en junio y deben ser a temporada vencida. Los de Navidad no tienen valor porque mezclan dos cursos. Y el pasado ejercicio y el actual no tienen, desgraciadamente, nada que ver. Hace un año, en la Liga, el Valencia estaba cuarto con 31 puntos tras 16 jornadas. Hoy está noveno con 21 puntos y a 9 de la Liga de Campeones que es, otra vez, tu gran objetivo.

El equipo aprobó en junio. El club, viniendo de donde venía en lo social, a dónde no voy a volver, volvió a provocar el entusiasmo de su hinchada. Exitazo. Luego en el terreno de juego se recuperó la escarapela de la Liga de Campeones para la manga de la camiseta. Fue en el último partido y con el gancho. Sufriendo. Pero el objetivo que tenía fijado la plantilla en el año cero de Peter Lim se conquistó. Lo que pasa es que luego todo se ha ensuciado y ahora en diciembre club y equipo suspenden estrepitosamente.

La que debía ser la temporada de la confirmación después de la transición del curso pasado está siendo decepcionante. Los millones invertidos en mejorar la plantilla no han conseguido el objetivo porque se ha visto que los nuevos no tienen el cuajo suficiente; la Champions League le nubló la vista al mismo entrenador que cantó bingo en junio; el tramo asequible del calendario se ha tirado por la borda; la plantilla, físicamente, está hecha unos zorros; en la propia Champions se ha fracasado; de Mestalla vuelan los puntos; ahora hay un entrenador debutante que tiene que asentar su metodología pero que apenas tiene margen para el error.

El gustillo que deja lo que llevamos de temporada es agrio. Con Nuno Espírito Santo se ha suspendido. El rendimiento ha sido deficiente. Gary Neville es duda y esperanza después del empate a dos del Getafe pero apenas puede fallar.

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